HONRAR AL MÁRTIR, CUIDAR AL HÉROE
Por Andrés Pascual Yo le hubiera sugerido a Reina Loyda Zapata que se asilara por el peligro que corría la madre de un patriota que...
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Por Andrés Pascual
Yo le hubiera sugerido a
Reina Loyda Zapata que se asilara por el peligro que corría la madre
de un patriota que murió asesinado en huelga de hambre, sin embargo,
nunca que trajera las cenizas de Orlando, porque la memoria histórica
se le rinde en el lugar donde ofrendó su vida, esos restos son una
reliquia, cuyo valor moral es de uso, sobre todo si la lucha continúa
¿O no? En tonces tienen que permanecer en la tierra donde nació y
murió; regresar los restos “cuando aquello cambie”, frase al
uso, oportunista y muy pisoteada, que sustituyó “cuando lo
tumbemos”, suena “hueco”, por lo menos respecto al momento
actual en Cuba,
En La Habana está Rosa
María Payá, fue a honrar la memoria de su padre, otro mártir en
pro del respeto por los derechos humanos (odio decir deerechos
humanos en vez de lucha para derribar a esos asesinos del poder
ilegítimo que usurparon, legalizado hoy por la marca registrada de
Francia en esa mentira, que fue donde nació la frase famosa), Rosa
no ha dicho nunca que la familia pretenda traer los restos de
Osvaldo, porque esos restos, como los de cualquier luuchador contra
el castrismo, no podrían descansar en suelo ajeno nunca, serían
almas en penas vagando sin rumbo.
Alrededor de este viaje
de la hija del dirigente del Proyecto Varela, tengo dos reflexiones:
la primera, la visita es una invitación a los socios de Obama, de
Hollande y del Vaticano para que intenten reprimirla, quizás hasta
asesinarla, a fin de cuentas, saben que no pasaría nada en su
círculo de relaciones, las viejas y las novísimas, como la de los
EUA comunistas; porque el mundo sabe del valor de la joven debe
estar en control y alerta de lo que significa el desafío; en primer
lugar, los luchadores “por los derechos humanos” deben estar muy
pendientes de la muchacha por si sucede lo que nadie quisiera, porque
(lo comprobamos en la prisión) le temen solo a quienes no les temen,
pero ese miedo lo convierten en cobardes ataques contra la integridad
civil del individuo.
Yo no le hubiera sugerido
a Rosa que fuera a La Habana, pero está en su derecho y convencida,
la muchacha es radical, determinada y dio el paso más riesgoso para
ella, lleno de amor al padre y a la patria sometida.
A Cuba se debe ir armado, en infiltración para demoler la estructura política criminal de una tiranía de sucesión que, como escribió Martí: "le roe el tuétano a la patria", no de otra forma y debe ser apoyada por todo el opositor genuino, patriota, de adentro
¿Hay miedo, escollos insalvables? pues a Rosa María TODOS tenemos que cuidarla, por su vida, por lo que representa, porque es necesaria aquí su denuncia, no su recuerdo en un par de letras o en una foto o placa en cualquier lugar de recordación.
No se puede estimular de nadie con su valor el suicido por exceso de soberbia patriótica innecesaria, que, en los círculos del poder mundial que mantienen al monstruo, no causaría ningún efecto positivo de acuerdo a la intención, demostrado diariamente.
Sin embargo, como todo
desde la órbita de cierto tipo de oposición en Miami (y en Cuba)
¿Cuántos alentaron ese viaje para ultilizar como justificación “de
lucha” la posible reacción represiva de la tiranía contra Rosa,
como el elemento incendiario (necesario a) de ideales patrióticos
trasnochados, contenidos en cheques de grant, en notas de periódicos o en el titular hipócrita de corta duración de Radio Martí?
¿Cuántos tal vez deseen
que a la joven la maten para seguir pachangueando? por cierto,
bueno que se abran los ojos, ya no hay comparsa contra el castrismo,
no se pudo por errrores que generaron entregas capitales, como la de
Miami, nos queda denunciar, criticar, hablar, escribir, cobrar
los “elegidos”...y buscar por todos los medios que una joven como
Rosa María Payá no vaya a Cuba, porque, bueno es entenderlo, el
Papa, Obama, Hollande y el mundo premian al castrismo cada vez que
reduce y somete a la oposición, a la vez que amplía el gran
panteón de mártires en una lucha que se perdió, tanto que ni ha
podido servir como experiencia para nadie.