LOS INVESTIGADORES PERDIDOS EN "EL CAMINO DE YENÁN"
Por Andrés Pascual Leí todos los best-sellers sobre disidentes del comunismo, era estalinista, antes de cumplir 18 años, algunos lo...
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Por Andrés Pascual
Leí todos los
best-sellers sobre disidentes del comunismo, era estalinista, antes
de cumplir 18 años, algunos los releí después, como “El Camino
de Yenán” (que contiene la proposición maoísta para penetrar
mejor y con más efectividad a Occidente: amistad, sonrisas,
relaciones, copar mercados y afectar la docencia...), al libro lo
rebautizaron como “La Gran Estafa” para hacerle más gancho y lo
lograron.
“La Gran Estafa”, muy
llamativo, muy sugerente, muy digerible, muy terreno fértil para
gente sin amplio nivel cultural y/o político, viene a ser como los
libros de Vargas Vila o Carreter, el Caballero Audaz, para un público
“sui-generis”, igual de desnudo ante proposiciones que, en los
casos de los novelistas eróticos, no tienen un adarme de
comprometidas con su contenido; aunque Ravines fue comunista, jefe de
los Rojos del Perú, por lo que su compromiso y denuncia cae en saco
aparte a los libros fraudes a que me referí, pero, a efectos de
tener el público en los lugares menos desarrollados culturalmente es
lo mismo.
Eudocio Ravines fue un
militante comunista fanático que llegó a presidir el partido
peruano, como la familia Mora Morales en mi pueblo, “estuvo
contra todo el mundo”, la actividad de este hombre era enfermiza:
oponerse a todo y a todos, a cualquiera y a cualquier cosa. Falleció
en México en 1979 desterrado, sin ciudadanía, que Velazco Alvarado se
encargó de retirarle en 1969.
Todavía “La Gran
Estafa” da urticaria, cuando Castro se apropió de Venezuela y
nombró a Chávez “Virrey del joropo y de la gaita”, rebotó como
best-seller por un par de semana en Miami, según informó la sección
dominical de libros más vendido del Herald aquella vez.
De todo lo que trata “La
Gran Estafa”, sin embargo, hay un capítulo que se comenta muy poco
por los cubanos anticomunistas y tiene que ver con el asesinato de
Julio Antonio Mella, bolchevique y remero de los Caribes por
órdenes del Kremlin.
Por lo general, otras
informaciones del libro les resultan más llamativas y es una rara
contradicción de las fieles legiones de lectores cubanos del
disidente a través de los años ¿Por qué es tabú analizar
con justicia este crimen?
Según el autor del
libro, el Kremlin sacó de circulación a Mella por considerarlo
“poco manejable”, análisis de su personalidad a nivel de partido
hecha por el inquisidor Fabio Grobart, que se encargó de apoyar sin
oposición la legión de esclavos ideológicos de la organización
partidista entonces.
A Mella, según Ravines,
le negó Moscú la petición “de traslado” a las oficinas del
Dpto América en la URSS, tramitada por el partido criollo y que nadie
cree, propiciando su asesinato con la ayuda de la fotógrafa
terrorista italiana Tina Modotti en México, hacia donde viajó para
esconderse de la policía machadista.
Hasta hoy, aceptado por
muchos escépticos y turulatos producto de la propaganda eficiente
del partido, que se encargó de echar sobre las espaldas de Gerardo
Machado el atentado, pues los cubanos aceptan la versión de
quienes jamás han dicho un décimo de verdad, sin tomar en cuenta la
fábrica de mentiras que es ese monstruo, pese a contar con las
pruebas suficientes, durante 58 años, para desacreditar al
castrismo, al partido bolchevique y elaborar el rescate de la verdad
al respecto.
Ah, pero el cubano
anticomunista "moderno", creyente honrado o profano en la materia, los
que escriben sobre todo, como que temen “fallar”, tanto para la
norma periodística como para el detalle histórico, y que los
comunistas “saquen un conejo del sombrero” y les destruyan la
denuncia-rescate de la verdad de un hecho de alto voltaje de 88 años.
Señor mío, hágalo,
como utiliza los datos de Ravines sobre acontecimientos alrededor de
Indalecio Prieto o de Largo Caballero, desempolve el caso Mella,
capítulo muy poco tratado desde el punto de vista de la crítica
política, hágalo para que denuncie con otros bríos el asesinato
del ex-remero Caribe a sangre fría en un callejón de la Ciudad de
los Palacios.
Recuerde, contribuya a
desbaratar el FAKE NEWS, no mantenga, por su silencio cómplice, una
monstruosa mentira en niveles de credibilidad insidiosa.