A ver si entienden: Una canción no acaba con tiranías como la cubana.

Es meritorio que se mencione la palabra LIBERTAD en una canción pero eso poco aporta a la caída del castrismo. 

Por Carlos Carballido 

El moribundo exilio histórico cubano asentado en el sur de la Florida está secuestrado por una plaga de nuevos vividores del cuento que hacen creer a mas de un calenturiento que una canción puede tumbar a una tiranía como la castrista. 

Después del manido y supra publicitado “Patria y Vida” del ex Orisha Yotuel Romero, ahora le ha tocado el turno a Dianelys Alfonso, más conocida como la ¿Diosa? de Cuba con el estreno a bombo y platillo de Cuba Primero donde tenemos que reconocer que, al menos, se menciona esa palabra que a tantos artistas del patio les aterra: LIBERTAD.

A fin de cuenta eso es lo único que necesita Cuba y mas allá de estrenos de reguetón , donde los “influmierdas” se pegaron como chicles para las cámaras , las lentejuelas y los likes con los que alimentan sus algoritmos de redes, no puede haber jamás un cambio en la isla si no se pasa a una acción similar a la del 11 J pero que se extienda como resistencia permanente hasta que la tiranía tenga que irse. 

Pero al parecer nadie quiere eso. Mejor hacer canciones que disuelvan el mensaje en banalidades como Patria y Vida o esta última Cuba Primero.

No voy a entrar en análisis audiovisuales ni criticas de la letra ( la de la Diosa es preferible a la de Yotuel aunque el videoclip es de una pésima factura mal actuada y sobreforzada ) solo insisto que mientras sigamos por ese autoengaño de que una canción llevará a una caída del régimen castrista, entonces “aquello si durará, cuando menos, 62 milenios más”.

Desde que la cantante cayó de fly en el center field de Miami gracias a esa puerta del patrocinador que llenará de nostálgicos de la tiranía a la otrora capital del exilio histórico, el seguimiento de medios de prensa locales, sobre todo, Cibercuba, ha sido no solo desmesurado sino aberrante. Tal parece que la única artista cubana es ella. El terreno se aró muy bien para sembrar a esta nueva figura llamada a resolver  la comercialización decaída por el desgaste de otras figuras relevante solo para la horda kubanoide como Chocolate, Osmany Garcia, Gente de Zona, la señorita Dayana y otros tantos que tienen de artista lo que yo de homosexual. 

Usted dirá, bueno vivimos en un sistema de mercado donde es válido el marketing. Sí, pero una cosa es un artista legítimo y otra , un artista inflado a más no poder.

Vamos por partes. Lo  más socorrido de este nuevo show fue la delación cederista de la propia Diosa cuando nombró a varias figuras que viven en Miami que se habían negado a cantar el tema de marras. Un tema compuesto hace dos años. La Diosa solo lleva escasos días as en Miami y lo que más llama la atención es si mientras ella estaba en Cuba se hubiese atrevido a interpretarlo. 

Apuesto que se negó más de una vez sobre todo porque este cambio de domicilio no se prepara de un día para otro y cualquier desliz como una canción de ese tipo dentro de la isla es suficiente para que le serruchen el piso a cualquiera. 

Cruzando el charco todo es mas fácil. Pero es desvergonzado usar semejante delación como un mérito personal que se han ocupado de alimentar los medios miameros de siempre.

Hubo un tiempo en Miami que el exilio era vibrante y temerario. Hoy , de aquella hoguera solo quedan cenizas. Una plaga de kubanoides está enriqueciéndose con el dolor del cubano de a pie. La causa está dejando mucho dinero. La Diosa no se queda detrás. Como Yotuel tiene que pagar biles con los que aparentan prosperidad y abolengo . Vivir sin sudar la camisa  es norma y para eso hay que facturar con canciones para alimentar conciertos, programación en radios y cobro de regalías propias del gremio. Y si es con el tema Cuba, mucho mejor. 

Como siempre digo, yo quisiera  errar en mis conclusiones pero hasta ahora la realidad siempre me ha dado la razón . 

La Diosa no es mala cantante. Tiene talento musical aunque menos que la cloaca de sus boca a la hora de expresarse. Lo que si es imperdonable es que sigamos con esa letanía de usar la música para seguir alimentando una esperanza que así no llega jamás. O si no pregúntenle a Willy Chirino que aun me tiene esperando con aquello de que “Ya viene llegando”.