NADA HA SIDO CASUAL
Por Andrés Pascual Para camuflar a los comunistas, en EUA les llaman “activistas”, gente de “compromiso con causas nobles”. Para ...
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Por Andrés Pascual
Para camuflar a los
comunistas, en EUA les llaman “activistas”, gente de “compromiso
con causas nobles”.
Para poner de acuerdo a
dos elementos reaccionarios, ENEMIGOS DE LA LIBERTAD Y DEL RESPETO A
LOS DERECHOS HUMANOS de cualquier país, estrato y/o profesión, lo
único que se necesita es la dosis abundante, mucho más que
generosa, de antiamericanismo.
Ser anticomunista es un
sello de garantía en el mundo de hoy, como que la filiación
partidista está en desuso, porque mutó en varias fases o formas de
agresión a la libertad y la soberanía de los pueblos después que
se perdió la Guerra Fría, no hay algo que responda mejor al
comunismo que un antiamericano.
Sin embargo, el
neo-capitalismo trabaja con base comunista en la intención de
dominar todo lo relativo a lo geo/político-económico, utilizando
mecanismos de control social mediante recursos tecnológicos tan
represores como novedosos.
La ofensiva contra el
capitalismo, que a ciencia cierta nadie puede decir cuándo empezó,
se vio acelerada con la promoción de la Administración Obama a la
Presidencia del país.
El toque religioso, por
medio de la simpatía militante pro islamismo del “ocupa” de la
Casa Blanca, definió el peligro del ataque que, posiblemente, hayan
considerado definitivo sus artífices.
Barak Obama ha resultado
el “alma” de la traición, elemento que ha “unido” a las
fuerzas reaccionarias contra América.
Todas las fuerzas
negativas están perfectamente articuladas dentro del país, desde
las llamadas minorías agresivas, cuya encomienda es contribuir a la
destrucción de las garantías constitucionales, incluso
convirtiéndolo en el teatro de una gigantesca guerra civil de nuevo
tipo, que engrasa los motores en la violencia del odio revanchista
negro, hasta la Media, el Gremio y la Academia, núcleo de mayor
importancia en el lavado de cerebro, apoyados en el adoctrinamiento
que inicia el aula desde primaria.
La Media, que promueve
“un pensamiento” del ex-delincuente Malcolm X que reza “si no
te preparas, te pueden hacer amar al opresor y condenar al oprimido”,
ha resultado un demoledor “100” a favor del ex chulo al que
Mahoma le “tocó el alma”.
Todo lo que lesione a
Estados Unidos, lo que descomponga a Estados Unidos, lo que destruya
a Estados Unidos vale, el objetivo es partirle el corazón como
sociedad, desmoralizarlo, paso inicial de su destrucción económica
para incapacitarlo como líder del llamado “mundo libre”.
Joaquín “el Chapo”
Guzmán es uno de los principales soldados del ejército
antiamericano por su capacidad para destruir la base moral del país;
principal jefe del tráfico de drogas en el mundo.
Pese a ser un flagelo
mundial, todo el armamento que confluye en el negocio de los
narcóticos, tiene como diana el corazón de la sociedad americana.
Entonces a este
delincuente, criminal con más de un millón de causas para
electrocutarlo, lo “dejan escapar” en México de forma
“cinematográfica” y lo recapturan, desplazando un comando
militar, estilo cinematográfico también.
Hace poco se
rumoró que la vida del criminal sería llevada al cine, incluso se
mencionó a Leo DiCaprio para el papel de la lacra. Entonces The
Rolling Stones publica que, Kate del Castillo, fue el enlace para que
el comunista Sean Penn le hiciera una entrevista, “todo verbal”,
al Chapo.
La actriz, que
tiene casa aquí, que debe tener buena parte de su dinero a mejor
recaudo aquí, en más de una oportunidad ha vomitado barbaridades
contra el país que no solo denigra, sino que, al establecer
relaciones con el Chapo Guzmán, ayuda a destruir, a pesar de la
imploración que le hiciera al individuo para que “jugara al
bueno”.
Al feo de Sean Penn nos
acostubramos a verlo en cualquier cancha antiamericana del mundo,
para suavizar su activismo visceral y traidor, metió dos dólares en
Haití y se hizo un par de fotos con negros afectados por el
terremoto, para que le otorgaran un título casi nobiliario de
“soldado de causas humanitarias”.
La relación de Sean Penn
y Kate del Castillo con el narcotráfico criminal antiamericano es
parte de la política antiameticana, que tiene entre sus aliados a
todos los grupos radicales agresivos contra Occidente.
A Sean Penn y a Kate del
Castillo los deben tratar como a los soldados del Estado Islámico,
por cierto, contra los que no actúan lo suficientemente justos o
duros que merecen, porque no hay la mínima diferencia entre poner
una bomba en un tren o lanzar un avión contra una torre y contribuir
a proyectar leyendas medio positivas, de asesinos que enferman y
matan a millones en todo el mundo. Papel asignado a estos elementos por consorcios antisociales, como los pulpos en español Univisión o Telemundo a ella, magnificando
figuras negativas de la delincuencia internacional, estereotipándolos
en hombres o mujeres hermosas, que, como “entran por los ojos”
en poblaciones a propósito, desvían la atención del rosario de
crímenes que tienen sobre sus hombros y de su responsabilidad en la
degradación universal.
A estos dos soldados del
antiamericanismo les debiera caer encima todo el peso de la ley,
porque, considerando a Obama, los Rosenberg hicieron mucho menos y
los electrocutaron.
La gente de alma libre y
comportamiento soberano espera que a estos dos elementos del
“showbussines” los siembren en la prisión y que al Chapo lo
ejecuten; si no pueden, suelten al tipo y que ponga una tienda de
heroína dentro de la Casa Blanca y otra en el Capitolio, que, a
cierto efecto, sería igual.
La hija de Erik es un mal
ejemplo para México, no trató de vivir un papel que hizo en una
novela, sino que vive la esencia maligna y maldita del personaje por
medio del odio ancestral, como el de los negros, pura revancha. En el
caso de Penn, bueno, de esta alimaña...ya se sabe.