SANTANA TIENE QUE GANAR EN CLEVELAND EL 21
Por Andrés Pascual Posiblemente el zurdo Ángelo Santana (foto con su trainer Jorge Rubio) y Ramcés Barthelemy, sean los peleadores cri...
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Por Andrés Pascual
Posiblemente
el zurdo Ángelo Santana (foto con su trainer Jorge Rubio) y Ramcés Barthelemy, sean los peleadores
criollos con menos experiencia amateur.
Tampoco son del tipo que provocan bulla, que generan historias fastuosas difíciles de ratificar en la acción, ni porque exhiban un palmarés de más de 250 peleas entre “aficionados”, apoyados por la inútil e inefectiva, aunque rimbombante, auréola de premiados en torneos que de nada sirven cuando firman como profesionales y comienzan a actuar por dinero; a fin de cuentas, el amateurismo es una vitrina de bisoñas promesas con defectos que el profesionalismo deberá mejorar técnica y filosóficamente en cualquier deporte.
Tampoco son del tipo que provocan bulla, que generan historias fastuosas difíciles de ratificar en la acción, ni porque exhiban un palmarés de más de 250 peleas entre “aficionados”, apoyados por la inútil e inefectiva, aunque rimbombante, auréola de premiados en torneos que de nada sirven cuando firman como profesionales y comienzan a actuar por dinero; a fin de cuentas, el amateurismo es una vitrina de bisoñas promesas con defectos que el profesionalismo deberá mejorar técnica y filosóficamente en cualquier deporte.
La realidad es que, la constante promoción de peleadores profesionales a base de victorias entre aficionados, quizás afecte a casi todos los cubanos; porque, por lo general, cuando se muestran récords llenos de títulos de atletas que actúan “por amor a un dirigente político exclusivamente”, como los antillanos, por la propaganda de poco tino de una prensa que desconoce todo del circuito pagado y de su entorno, se prepara al fanático para disfrutar de fenómenos del ring, máquinas de matar que sean capaces de salir ilesos del fuego enemigo como Willie Pep o Robinson, quien, pese a su clase, recibió castigo y, si no llenan las expectativas, frustran y decepciona al “respetable”, que en los países donde se boxea profesionalmente pagan hasta la entrada al trainning muchas veces.
Hasta
hoy, ningún otro pugilista de la mayor de Las Antillas de nueva
hornada iguala al doble campeón mundial Joel Casamayor en clase
profesional; además, enfrentó lo mejor de dos divisiones incluyendo
a Bradley, a Márquez, a Freitas, a Katsidis, a Robert Guerrero, a
Diego Corrales y a José Luis Castillo.
El
debut de Pete Rademacher como profesional, luego de ganar la faja
olímpica pesada en 1956, fue en una pelea por el campeonato mundial
en poder de Floyd Patterson, supongo que nadie se hizo ilusiones en
cuanto a que pudiera ganar; sin embargo, aparentemente, decidieron
explotar en una sola pelea su poca y relativa fama como amateur y el
campeón lo noqueó. Ray Arcel, que lo entrenó, abandonó al
boxeador, porque no quiso ser cómplice de semejante afrenta al
pugilismo.
Casi
a finales de los 70's y con Alí en condición deplorable para
empeños mayores, León Spinks, otro campeón olímpico de
Montreal-76, le ganó por decisión con solo 7 peleas como
profesional.
Durante
esta década, la pasada y la de los 90's, el circuito profesional se
convirtió en un relajo, cuando peleadores sin verdadera experiencia
en este nivel, han logrado fajas mundiales, como Fernando Vargas,
retirado doble campeón con menos de 35 pleitos.
Claro,
el éxito, fraudulento desde que suena la campana, es directamente
proporcional con el rosario de versiones que fallan peleas, pagan
cantidades mucho más que generosas y pisotean la historia y la
gloria de la disciplina el 70 % de las veces que le ajustan fajas a
la fuerza a cinturas de verdaderos coristas del ring: !Hasta cinco
campeones mundiales en un peso...! en el medio, la mayoría temerosos
de unificar para no perder el campeonato; porque el ranking como
número 1 lo mantienen hasta con el engañoso “interinato”.
Piense
en esto ¿Soportaría un fanático 5 ganadores de la Serie Mundial
del Beisbol de Grandes Ligas? ¿Qué tal 5 medallas de oro en la
final olímpica de 100 metros planos cada uno por su cuenta? ¿Cuál
es la diferencia con el boxeo? Y no importa que peleen tutelados por
organismos separados, a todos los efectos es lo mismo.
El
problema del boxeo profesional actual es complejo, un peleador que
pierda una pelea es un descarte, incluso si lo tiran con un golpe
pierde valor de promoción ¿Cómo es posible?
Por
el desconocimiento de la historia de Fistiana y por lo poco que hacen
las promotoras para evitar la injusticia, porque, en los anales del
boxeo profesional, más de 20 leyendas, verdaderas glorias del
pugilato, perdieron una vez, dos, tres y hasta cuatro en sus primeras
diez, quince o veinte, algunos con la mitad por nocao, otros con
todas por fuera de combate y Pacquiao y Arguello son dos ejemplos
cercanos.
El
zurdo Ángelo Santana (14-1, 11 Ko's propinados, uno recibido) tiene
pendiente un compromiso crucial ante Henry Lundy (23-3-1, 11 Ko's
propinados y uno recibido); el cubano viene de perder por anestesia
general ante el sustituto Bahodir Mamadjonov un pleito que nunca
debieron aceptar, porque el ex soviético, al que le habían robado
la decisión contra Darley Pérez como única derrota, no perdía
nada y lo ganaba todo; de hecho, Santana no ha vuelto a pelear por la baja de sus acciones y el ganador ha ganado otras dos desde entonces.
Henry
Lundy es un zurdo bastante bueno sin llegar a maravilla del ring, se
mueve rápido, pero no tiene nocao punch y su % de 40 lo reafirma,
tiene experiencia de más de 65 peleas amateurs y ha sido campeón
de la NABF y DE LA NABO; es el 13 en el escalafón del CMB.
Santana puede ganar, pero, realistamente, solo eso. Para este combate tiene que aplicar la sugerencia que le hizo Eladio Secades a Floro Fernández cuando fue a Utah a disputarle el campeonato mediano a Fullmer: “TIENE QUE PEGAR PRIMERO Y BIEN...”
Si
logra pegar pegar y contundentemente, si tira como debe un
profesional de aspiraciones, entonces puede ganar; sin embargo, lo
que se impone es que tiene que derrotar a Lundy por cualquier vía a
como dé lugar, por su carrera, porque pudiera ser su última
oportunidad A LA CAZA de un campeonato mundial y porque, indudablemente,
quizás sea la única esperanza que tiene Don King de levanter un poco
sus acciones particulares; si pierde, por la razón que sea, de la
forma que sea, no lo va a perdonar.