Estados Unidos está llegando al punto de no retorno entregando el país a los demócratas.

Por Carlos Carballido

En Estados Unidos ya no hay Elecciones. Hay Selecciones.

Fernando Godo.

Escritor y Analista Político.

Las irregularidades de la pasada contienda electoral persisten y parece NO existir voluntad política para garantizar que en el 2024  los estadounidenses puedan tener, al menos, la sensación de que se ha librado una batalla justa en las urnas.

Ya vimos lo que sucedió con la famosa ola roja esperada y respaldada por una mayoría ya no tan silenciosa. La ola era real en cantidad y respaldo popular  pero a penas pudo llegar a la orilla. Los republicanos perdieron el senado mientras que el congreso a penas quedó en sus manos pero por un bajísimo número de escaños.

Ante este panorama es casi imposible que los republicanos puedan tomar nuevamente  el control y los destinos de Estados Unidos  en el 2024 y nada están haciendo sus lideres políticos para llevar una  discusión del tema de manera seria y valiente que sea capaz de presionar públicamente a las instituciones jurídicas para que investiguen y eviten volver a caer en los mismo que ya caímos en el 2020. 

Los líderes republicanos en su mayoría están actuando con absoluta irresponsabilidad. Se entretienen en elevar discusiones en el Congreso como la propuesta de Maria Elvira Salazar sobre una reforma migratoria cuando lo que se debe estar discutiendo en bloque es solucionar de  una vez y por todas la cuestión electoral para evitar otro fraude ( o elección irregular) de cuello blanco en el 2024. 

En todo proceso de impartición de justicia sobre temas medulares como elecciones, seguridad nacional y lucha antiterrorista, no se puede dar conclusiones sin investigar las pruebas y denuncias. Desde el 2020 a nivel nacional se han denunciado irregularidades que viciaron las votaciones y se han presentado múltiples evidencias que la prensa ha tratado de ocultar enfatizando  teorías descabelladas de los conspiranoides Qanon. Sin embargo el judicial ni siquiera se toma el trabajo de iniciar un curso investigativo sino que se apresura a concluir que las evidencias NO son suficientes o sencillamente interpretan que técnicamente están mal enfocadas. ¿Pero cómo asegurarlo si no son investigadas?

   

Los políticos republicanos están siendo cómplices no solo del deterioro de EEUU sino de su desaparición como imperio mundial. Y lo hacen permitiendo que las instituciones secuestradas por el partido demócrata actúen impunemente. Lo hacen al evitar a toda costa pronunciarse sobre estos problemas en las elecciones y ademas desgastando tiempo y recursos en propuestas que no son prioridades para salvar la República que nos legaron los padres fundadores.  Lo hacen una y otra vez apostando por candidatos dóciles y moderados que a la postre sus promedios de votaciones siempre superan el 50 por ciento a favor de los demócratas.

Como ha reiterado el escritor y periodista Fernando Godo, la solución no está en  investigar complicados vericuetos cibernéticos, sino en hacer cumplir la Constitución y las Leyes Electorales vigentes que indican que son las legislaturas estatales las que definen este particular.  Pero esta simple acción definida en la ley parece que nadie quiere cumplir. 

La votación por correo, la habilitación de puntos públicos de votaciones sin supervisión e inspección y la prolongación del conteo de boletas mas allá del día asignado para ir a las urnas han sido las  armas del Partido Demócrata para hacerse con el triunfo.  Ahora han dado pasos más agresivos como aumentar el registro electoral en refugios para vagabundos, centros de tercera edad y en centros universitarios de todo el país donde la ideología de izquierda que impera es la garantía de los demócratas para ganar el voto en los colegios electorales.

Hasta la fecha no he escuchado a ningún líder republicano llamar al orden para discutir estos temas que a nivel nacional han creado una sensación de incredulidad hacia el tema electoral estadounidense.  

El solo mencionar el tema les afloja los intestinos. 

Ante tanta pasividad y desvío de la atención, los demócratas están llevando esto muy lejos y son los propios líderes republicanos quienes les sirven de caja de resonancia haciéndole creer a su base que  retomarán la Casa Blanca en las venideras contiendas. 

Los votantes de las primarias republicanas también deben reconocer la realidad y no ser cautivos de un servilismo de culto para Trump o DeSantis. Necesitan preguntarse: ¿quién puede ganar contra un partido demócrata corrupto y tortuoso que depende del fraude electoral y la manipulación en los estados disputados de Georgia, Arizona, Wisconsin, Nevada y Pensilvania? ¿Quién tiene los faldones para asegurar la captura de ambas Cámaras del Congreso? ¿ Un RINO o un falso patriota que al final seguirá votando a favor de los demócratas? ¿Cuál será en republicano que finalmente se ponga los pantalones?

No es exagerado decir que el próximo ciclo electoral es el más determinante en la historia de Estados Unidos. Si los republicanos no logran ganar la presidencia y el Congreso en 2024, predicción que me atrevo a lanzar como casi imposible,  esta nación habrá superado el punto de no retorno y se escribirá un nuevo capítulo en los anales de la decadencia y caída de grandes naciones.