Por Andrés Pascual
Glenn Garvin es otro
empleado de la “Nacional Comunista de América”, trabaja contra
USA desde las páginas de The Miami Herald, grupo de intereses
pro-establishment, que, según parece, se encomendó a sí mismo
desviar la atención sobre la abrumadora cantidad de hechos
delictivos contra la Seguridad Nacional del clan Clinton, y digo
esto, porque el aire no bate en la dirección de los libelos que
andan como desorientados.
Para tan canallesca y
traidora misión, escogieron la historia “desclasificada” de un
cubano que tiene más valor personal y moral que todos ellos juntos,
el artemiseño Eugenio Martínez (FOTO EN EL PARQUEO LATERAL DEL VERSALLES), apodado por sus amigos y conocidos
“Músculos”, quien aún conserva una figura envidiable a los 94
años. Entonces lo llama ladrón, “burglar en ingles”, con desfachatez
tendenciosa e inaceptable.
Resulta que Hilaria,
delincuente de proyección internacional, con hechos de sangre a su
cuenta y a la de su marido, con facilidad enfermiza para mentir, está
de tal forma en el medio de un huracán, que la media comunista
nacional, su aliada de lujo, aparentemente por encargo del poder
financiero-político controlador del NOM, poco a poco, sigilosamente,
la han ido recostando a la pared con cierto grado de indefensión,
porque son sus supuestos aliados históricos quienes la están
tratando últimamente de forma inquisitiva, verificable en opiniones
de sus presentadores y en ciertas preguntas que le han hecho a su
propuesta de “vice”, un despintado y despistado tonto, inútil y
medio payaso, que no sabe ni puede explicar lo que no entiende,
porque la encomienda es ponerlo a hablar basura, a justificar las
mentiras y mofarse de la candidata exprimiendo al tipo.
Traer el caso Watwergate
como desvío de la atención para la audiencia hispana y americana
“liberal” comunista, tiene como objetivo luchar contra los
números en baja de Clinton por indecencia, traición e infidelidad,
porque Hilaria fue una de las promotoras contra un grupo de valientes
pro-americanos anticastro-comunistas, que entró al edificio buscando
material muy sensible para la Seguridad Nacional, relacionado con la
actividad antiamericana de cierto político demócrata y la URSS por
medio de la tiranía castrista. Para cosas sucias antiamericanas y
pro establishment, se ha podido contar con ella y con su marido a la
hora que sea.
Si se esmera y lee
entrelíneas, es la presentación de una preocupada Hilaria Rodham,
que fue capaz de crear una intención negra para defender a
violadores de una niña incluso, como la persona ideal por su
“transparencia y honestidad”, porque, “si la escogieron para
armar el bochinche en 1973, figúrate...”.
Pero ni comunistas
hispanos ni negros comunistas y oportunistas ni la decadente Academia
podrán hacer algo que ponga a la Señorona en la Casa Blanca, está
descartado y menos cuando el filipino Primer Ministro acaba de
demostrar cómo ve la comunidad internacional a Obama, ni como negro
ni como birracial ni como jihadista, sino, en el plano personal, el
hijo de una puta,
Elegir a Obama en el
2008, entre los peligros que proponía, descollaba la manifestación
de rechazo a su falta de liderazgo a través de una monumental falta
de respeto personal, porque, de forma directa, sin rodeos, su madre
fue una mujer blanca promiscua, atea, comunista y muy influida del
islamismo, que ni sus padres, que criaron a Obama ni ella misma,
intervinieron en la formación religioso-ideológica de su hijo,
precisamente, porque el Islam es crimen, esclavismo y
antioccidentalismo y aquella mujer, vilipendiada por el filipino, era
enemiga del capitalismo, simpatizante-militante de intereses
anti-occidentales.
Tratar de desviar la
realidad vergonzosa y traidora de Hilaria Rodham, utilizando una
historia de 43 años porque “fue desclasificada”; intentar
iniciar una persecusión de un hombre que tiene el valor que le falta
a todo el partido demócrata junto, es una estupidez supina, porque
no hay algo más diferente en todo que Eugenio Martínez y los
Clinton, demostrado en los hechos: Músculos no ha sido capaz de
manchar a nadie con lo que conoce y Hilaria declaró que la acusación
por los email fue obra de Colin Powell, porque “le sugirió cosas”
que el aludido desmintió enseguida.
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