¿DE DONDE SALIÓ CHINA

Por Fernando Godo Cuando en 1949 triunfó la “revolución” comunista China, en Estados Unidos hacía medio siglo que existían los r...

Por Fernando Godo

Cuando en 1949 triunfó la “revolución” comunista China, en Estados Unidos hacía medio siglo que existían los rascacielos. China era un país semi feudal. En 2020 hay gente que cree que no podemos vivir sin productos made in china.

En 2018 el presidente Donald Trump firmó un acta de defensa nacional para bloquear la influencia de China. Tanto demócratas como republicanos estuvieron de acuerdo. En ese momento me acordé de los antepasados de Henry Kissinger.

En 1971 Kissinger era el secretario de estado del presidente Richard Nixon. Se dice que Nixon le dio ese premio por su apoyo en la campaña presidencial. También se dice que Nixon creía que Kissinger necesitaba tratamiento psiquiátrico, y Kissinger pensaba que Nixon era un borracho.

En aquella época China y la Unión Soviética eran países socialistas, pero durante la década del 50 disputaron cientos de veces la frontera que compartían en común. En 1969 tuvieron un incidente en la isla de Zhenbao con más de 100 muertos entre ambas partes. Los chinos decían que su socialismo era superior al socialismo soviético.

Estados Unidos y la Unión Soviética eran las grandes potencias y se enfrentaban por todo el mundo en una guerra fría. En Estados Unidos comenzó una propaganda para manipular a la opinión pública: nos convenía un acercamiento con China, porque los soviéticos cogerían miedo y se verían obligados a firmar tratados de reducción de armamentos en posiciones desventajosas con Estados Unidos.

Nixon buscaba la reelección presidencial en 1972. Su primera carta era establecer relaciones con China, donde ni siquiera había embajada. La segunda era salir de la guerra de Vietnam, con la “colaboración soviética” o la “alianza” con China. 

Kissinger hizo un viaje “secreto” a China en julio de 1971, que era un secreto a voces en el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). En ese “consejo” se decide la política internacional, con conspiraciones o sin ellas. David Rockefeller era director del CFR y Kissinger, su peón favorito, era asesor de Nixon. 

En 1967 Nixon escribió en la revista Foreign Affairs, órgano del CFR. “No podemos darnos el lujo de dejar a China fuera de la familia de naciones”. El 21 de enero de 1969, en su segundo día de trabajo como presidente, Nixon dijo que quería a China como un miembro cooperativo de la comunidad internacional. 

En 1952 Nixon había dicho que el líder chino Mao Zedong era un monstruo, y estuvo muy activo en la campaña anticomunista del senador McCarthy. Mao estaba asesinando a opositores desde 1949, cuando triunfó su “revolución”. En 1958 obligó a los campesinos a fabricar acero con pedazos de cualquier metal. Más de 40 millones de chinos, en su mayoría campesinos, murieron de hambre con aquella campaña que se llamó el gran salto adelante. En 1966 lanzó su Revolución Cultural, que dejó otros 20 millones de muertos, principalmente maestros, intelectuales, altos funcionarios y elementos burgueses que trataban de restaurar el capitalismo en China.

Nixon no había cambiado sus ideas sobre el comunismo chino. Él simplemente cambió sus ideas.

En septiembre de 1969, Nixon ablandó sanciones económicas a China, y le pidió a su embajador en la Polonia socialista que contactara con su homólogo chino. Kissinger envió mensajes “secretos” a China durante dos años. Mao no hizo caso hasta que Estados Unidos se puso de rodillas. 

En diciembre de 1970, Mao le dijo al periodista Edgar Snow en una conversación “informal”: “Nixon será bienvenido a China como presidente o turista”. Mao se lo dijo en chino, pero la traducción al inglés era: Si Nixon quiere hablar con nosotros tendrá que venir aquí. 

Snow era un procomunista que conocía a Mao y al primer ministro chino Chou Enlai desde la década del 1930. La revista Time publicó el mensaje de Mao.

Para el campeonato mundial de ping pong en abril de 1971, Mao despidió a su delegación con el siguiente slogan: “La pelota es la cabeza del enemigo capitalista, y ustedes tienen que golpearla con la raqueta socialista, así se ganan puntos para la patria.” Un jugador norteamericano llamado Glenn Cowan perdió el bus de su delegación y fue invitado a montarse en el bus de los chinos. Este accidente le dio a Mao el pretexto para su fruta madura. 

Mao invitó al equipo norteamericano a China la semana siguiente, y dio órdenes a sus jugadores, muy superiores en este deporte, que se dejaran ganar algunos partidos. Nixon veía acercarse las elecciones, y continuó cediendo sin obtener nada a cambio: visas flexibles para ciudadanos chinos y quitó otras restricciones para el comercio. Mao esperaba sentado por los recaditos de Kissinger, desde Pakistán, Polonia o del dictador socialista rumano Ceausescu. 

En julio Kissinger fue a China para reunirse con el primer ministro Chou Enlai. El día 15 Nixon anunció que había sido invitado a China. “No puede haber paz estable sin la participación de 750 millones de chinos”.

En septiembre desapareció Lin Biao en China, número dos del partido comunista, hombre de confianza y sucesor de Mao. No se sabe cómo murió Lin Biao, pero se sabe que consideraba las relaciones con Estados Unidos como una traición al socialismo.

A las 11 y 40 de la mañana en China, del 22 de febrero de 1972, Nixon bajó solo por la escalerilla del avión. Estaba celoso de Kissinger y quería ser el centro de todas las fotos. Detrás de él bajó su mujer Pat Nixon, vestida de rojo, el color con que se vestían las prostitutas chinas. Un cuarto de millón de chinos había recibido poco antes al dictador etíope Selassie. No había nadie en el aeropuerto para recibir a Nixon. Abajo los esperaba el primer ministro Chou Enlai. 

El secretario de estado de Estados Unidos John Foster Dulles se negó a dar la mano a Chou Enlai en una conferencia en Suiza en 1954. Nixon bajó los escalones con la mano extendida. La sonrisa, los ojos y lenguaje corporal de Nixon parecen decir: “No soporto a ninguno de ustedes, pero estoy aquí”. 

Mao había dado orientaciones por toda China: “Estamos contra los americanos, pero no podemos gritar abajo el imperialismo frente a Nixon. Lo recibiremos ni humildes ni arrogantes, ni fríos ni efusivos”.

Las tiendas se llenaron con mercancías y la muralla china con turistas-actores. Los niños fueron asesorados en las escuelas por si acaso los americanos les preguntaban: ¿Dónde está Lin Biao?

Mao no había dicho oficialmente que recibiría a Nixon. Lo recibió menos de tres horas después en su modesta oficina. Tenía 79 años, estaba enfermo y había dudas sobre si podía sostenerse en pie. 

En el video se ve a Nixon mostrando los dientes el tiempo necesario para que un dentista le saque todas las muelas. Mao sigue su guion de ni muy efusivo ni muy frío, como el bebé que no quiere abrir la boca ante una cuchara, pero al mismo tiempo trata de sonreír. Nixon quiso hablar de política internacional. Mao le respondió: “Eso es algo que debe tratar con el primer ministro, yo solo me ocupo de temas filosóficos”. Nixon terminó la entrevista alabando la poesía de Mao.

A su regreso de China Nixon le dijo a Kissinger. “Esto lo hacemos para joder a los rusos y obligarlos a que nos ayuden en Vietnam”.

Nixon arrasó en las elecciones, ganando en 49 estados. Kissinger obtuvo el premio nobel de la paz.

¿Y pudieron joder a los rusos o a China?

Al año siguiente llegó la guerra de Yom Kippur, que casi trae una que casi trae una confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Reagan fue quien confrontó a los soviéticos en la década siguiente.

La paz de Vietnam hizo que el país cayera en manos de los comunistas en 1976, algo inevitable porque Vietnam está rodeado por China y la Unión Soviética. 

¿Cuál es el “mérito” de Kissinger y Nixon?

La inmoralidad de que Estados Unidos tenga empresas y negocios en China, una dictadura comunista con 60 millones de chinos asesinados o muertos por hambre, muchos de ellos niños.

En 2011, 40 años después de su viaje, Kissinger volvió a visitar Pekín y allí dijo que Estados Unidos no debería dar lecciones a China.

En 2023 China continuará asesinando a opositores y jugando la carta de Rusia contra Estados Unidos.

En 2023 Kissinger cumplirá 100 años, y todavía anda haciendo daño. Nixon dijo poco antes de morir en 1994: “Puede que hayamos creado un Frankenstein”. 

Y nos dejaron como herencia a Frankenstein, que le ha robado toda la tecnología al doctor que lo creó.

Fernando Godo is a journalist, writer, political scientist and editor of the magazine 1%. DALF title of the French Alliance of Paris. Chess Master with international ranking. Presidential campaign spokesperson


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