Respuesta a ataques de la señora Zoé Valdés.

Por Mairim Montesino

Estimada Zoé Valdés:

Ante todo quiero patentar mi agradecimiento por su innegable trayectoria en la lucha por la libertad de Cuba y por las enseñanzas que ha aportado a esa  difícil meta para todo exiliado. 

También le agradezco su mención en un post de sus redes sociales en el que, a todas luces, muestra su inconformidad por el artículo publicado por mi y dos colegas que prefieren firmar con el nombre que aparecen en Twitter. 

Cómo ha visto yo doy mi cara con mi nombre real pero con la única diferencia que mi apellido es en singular: Montesino.

Después de ver sus ataques dirigidos a mi persona  y no a la denuncia que estamos haciendo, debo aclarar que  no soy  “aspirante recién estrenada ni periodista frustrada", solo que el deber que tengo con la verdad  me asiste porque si aún no se ha enterado, este privilegio no es solo propiedad de unos cuantos que creen mirar intelectualmente por encima del hombro.

 

Ya bastante tenemos los exiliados con esa meritocracia excluyente que practican algunos opositores, intelectuales anticastristas, comunicadores  e influencers para ahora expandir ese cáncer al periodismo disidente, por el cual ni nos pagan, ni mucho menos nos censuran. En esta época tecnológica y de redes sociales la hegemonía de escribir se volvió popular y masiva. 

Soy una mujer cubana en Dios que jamás ha pedido permiso para hablar, expresarme o sencillamente pedir explicaciones cuando del tema Cuba se trata. Así que no será ahora que lo haga.

Soy feliz con mi profesión, para nada “improvisada”, que además de proveer a mi familia del sustento, me colma de paz, alegría y orgullo personal. 

Me resulta muy extraño que usted, que tanto crítica a los “chupagrants” y a ese periodismo independiente que responde a intereses desconocidos, hoy lance sus diatribas contra varios de nosotros que solo exponemos hechos y cuestionamos la complicidad con el castrismo. Pero, en fin, es su libertad de hacerlo y debe ser respetada. 

En relación a nuestro cuestionamiento sobre la congresista Maria Elvira Salazar, lo siento, pero la equivocada es usted al usar acusaciones que jamás aparecieron en el artículo.

 Jamás he criticado su apariencia física. No se le olvide que también soy mujer como lo es Havana, la otra colega que firma el artículo. Así que es hora de dejar un lado de una vez por todas, ese “mal usado feminismo” y esa ridícula acusación de misoginia en nuestro cuestionamiento. 

La postura política de la Congresista sí nos preocupa y mucho más que a usted porque nosotros estamos de este lado del charco y es a nosotros a quienes ella nos representa. No somos sus amigos. Somos sus electores

Para usted es un derecho dar una opinión. Para mí es un deber porque como le dije soy una mujer cubana que vivió el estigma al que el castrismo condenaba a familias religiosas cómo la mía. Quién ahora le escribe es de los poquísimos cubanos que se resistió a usar pañoleta y a participar en instituciones castristas. Así que no venga ahora a darnos clases de moral.

La vida personal de María Elvira me importa lo mismo que la del vecino de mi barrio a quien ni siquiera conozco.  Pero  cuando ella,  como figura política y pública,  mezcla su vida personal con una familia cuyo apellido es el mismo que el de compañías que están negociando con el castrismo,  que usted  misma denuncia siempre, lo menos que podemos hacer es pedir respuestas. Así que no entendemos por qué nos regañas como si fuéramos niños en un intento por callar o descalificar nuestro planteamiento.

 

¿Te debes a la verdad o a amigos que estimas? 

A diferencia de usted, yo no amanecí con el moño virado. A mí jamás se me endereza mientras haya tanta injusticia en Cuba y tanta complicidad con esa tiranía.

Lo siento. Mi bipolaridad no interfiere con mi deseo de ver a mi patria libre y próspera. 

Así que llegado a este punto es Maria Elvira quien debe responder, no usted, ¿o si? Es ella la servidora pública a quien yo, mi familia y mis colegas le pagamos el salario. 

Es ella quien pertenece a una comisión del Congreso que tiene carta abierta para visitar Cuba y empezar a negociar con el régimen para que tenga acceso a la banca y los créditos estadounidenses.

 Ella es quien desde a penas días del 11J tenía conocimiento del levantamiento que Biden hizo para flexibilizar el Embargo y ni siquiera levantó su voz para protestarlo. 

Esos puntos no se le han cuestionado. Ni siquiera en medios libres como el que usted dirige porque al parecer , y como mismo usted afirma en sus redes, somos demasiado “brutos”. 

Ahora que ella misma forma parte de una familia”politica”, esperemos que indirectamente, que tiene relaciones con Cuba, los exiliados que hemos Sido víctimas directas del castrismo, tenemos todo el soberano derecho de pedir explicaciones porque nos preocupa que  influencia que María Elvira pueda tener en ese Comité de Relaciones Exteriores del Congreso pueda ayudar a este fin perverso.

Entonces, querida Zoé, ¿debo callar porque no estudié periodismo y tampoco había leído a Reinaldo Arenas? No. No me parece. Usted tampoco habrá leído jamás los textos que mi profesión exige y por eso no la descalificaré jamás. Pero aún así le agradezco que me haya encaminado a esas lecturas necesarias para todo cubano exiliado. 

Antes de concluir debo ser sincera. Todo lo que leí de ese “ moño virado”, la expresión “indioamérica” fue la que más me conmocionó. Llamar así a nuestros hermanos de lucha..¿En serio? 

Una vez más reitero que si así opinas debo respetarlo. Pero por supuesto que rebaja tu luz a una obscuridad asombrosa. Y parafraseando tu cierre : Ojito… el aceite y el vinagre combinan muy bien en una ensalada. Cuidado.