ENTIÉNDELO, #ETECSA NEGOCIA LIBREMENTE CON EE. UU Y TRUMP ESTÁ BIEN CON ESO.

Por Carlos Carballido

Mientras el oficialismo cubano repite hasta la náusea que el “bloqueo genocida del imperio” asfixia cada rincón de la isla —desde el vaso de leche hasta el paquete de cigarros—, los hechos, como siempre, son tercos. Y lo son más ahora que el tema de los tarifazos de ETCSA no los venden como detonante del fin de la tiranía.

Bueno. Lamento aguarles la fiesta. Lo que muchos no quieren contar (o prefieren ignorar) es que la estatal ETECSA, ese monopolio de las comunicaciones cubanas que no permite competencia ni transparencia, mantiene jugosos acuerdos de roaming con varias compañías de telefonía celular estadounidenses… sí, del mismísimo “enemigo histórico”.

Para entender mejor el problemas , el roaming internacional es ese servicio que permite a los viajeros usar su línea telefónica fuera de su país, como si no hubieran salido. Esto, claro, a cambio de tarifas tan elevadas que parecerían diseñadas por Lucifer en persona.

Pero gracias al 31 CFR § 515.542, una regulación del Departamento del Tesoro de EE.UU., AT&T, T-Mobile y Verizon están autorizadas a tener relaciones “intensas” con ETECSA… sin que nadie en Washington o La Habana se rasgue las vestiduras. Así que… El bloqueo que bloquea… es solo cuando conviene para el relato castro-canelista.

Las llamadas de cubanos en la isla a EE.UU. (por ETECSA) cuestan más de 1 USD por minuto, pero un turista estadounidense con su SIM de T-Mobile puede hacer exactamente esa misma llamada, usando la red cubana, por 2 USD el minuto.

Entonces… ¿Quién se beneficia? ETECSA, claro. Cada minuto de llamada gringa que atraviesa su infraestructura estatal le deja jugosos ingresos en divisa dura. ¿Y el “bloqueo”? Bien, gracias. Dormido, selectivo o convenientemente ignorado.

¿Quién autorizó este romance?

Fue Barack Obama, en 2015, quien abrió la puerta. Legalizó a través de una licencia general de la OFAC la posibilidad de que compañías estadounidenses hicieran negocios con la dictadura telecomunicacional cubana.

Pero lo que resulta curioso es que Donald Trump, el supuesto azote del socialismo tropical, no solo no derogó estos acuerdos, sino que los dejó intactos. Quizá porque afectan los intereses de corporaciones estadounidenses. O quizá porque ETECSA no molesta mientras pague en dólares, lo cual evidencia una vez más que a EEUU no le molesta - y parece que ya no le molestará más- tener una tiranía a 90 millas.

Y mientras los cubanos comunes no pueden ni soñar con montar una micro empresa de Wi-Fi en su cuadra, los monopolios extranjeros sí pueden negociar con el monopolio estatal cubano sin mucha resistencia revolucionaria. Doble moral no: política comercial estratégica, le llaman.

Cada vez que un turista con celular de AT&T o T Mobile pisa Varadero y llama a Miami para decir “ya llegué”, ETECSA cobra por permitir esa conexión, y lo hace a su tarifa internacional de lujo, bien superior a la media regional. En lugar de abaratar costos gracias a esta interconectividad internacional, ETECSA los aumenta, y encima culpa al bloqueo de tener que subir precios.

¿Dónde va todo ese dinero? ¿Mejoran la infraestructura? ¿Se abarata el servicio para el cubano de a pie? ¿Aumentan las zonas Wi-Fi? No. Se limita, se raciona, y se censura, porque lo importante no es comunicar al pueblo, sino facturar y controlar en una especie de doble discurso en HD

Entonces, ¿cómo se sostiene el discurso oficial? Fácil: venden bloqueo mientras cobran por roaming. Denuncian al “imperio asesino” mientras negocian con sus empresas. Y todo esto sin necesidad de reformas, sin transparencia, y sin competencia.

Si esto no es cinismo geopolítico en alta definición, ¿qué lo es?

El problema no es el bloqueo. El problema es que el mismo gobierno cubano que llora por la supuesta asfixia imperial es socio económico del asfixiador, cuando hay dólares de por medio. Y lo que es peor: utiliza ese dinero no para aliviar a su pueblo, sino para apretar aún más la correa.

Así que la próxima vez que escuches a un burócrata hablar del “bloqueo criminal”, pregúntale si ya recargó su línea T-Mobile para seguir facturando con ETECSA.

Y cuando veas las “molestias”de esos aguerridos jóvenes que critican amablemente el aumento de tarifas, cuestiónate por qué son tan valientes en ese tema pero les da diarrea pedir libertad y cambios políticos.

Todo es cuestión de negocios y tanto Canel como Trump, “Marquito” y los tres monos sabios de la Florida lo saben muy bien.