Inmigración ilegal: El gran negocio de políticos e instituciones.

Por Carlos Carballido

La inmigración ilegal se ha convertido en un problema global que nadie quiere combatir porque sencillamente representa un fin político y económico para esas élites que antes eran teorías conspiranóicas pero que hoy son hechos innegables. 

No es casual que en los gobiernos, parlamentos, Foro de Dávos (recordemos la intervención de la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar diciendo que ella representa a los inmigrantes ilegales que no votan por ella) y la propaganda de prensa se silencie todo aquello que critique la invasión descontrolada que ocurre en las fronteras de naciones de Europa y Estados Unidos. 

Entonces, la pregunta sería...¿Por qué se permite si ello constituye un gasto excesivo cargado al contribuyente y un peligro a la seguridad nacional debido a la entrada posible de células terroristas en territorio nacional? Respuesta: genera ganancias y poder político. 

Desde la aministía (única en EE.UU.)  otorgada por el presidente Ronald Reagan, los intentos por regularizar la inmigración ilegal ha muerto en los estrados políticos porque la Cámara de Comercio estadounidense ha sido la primera en oponerse supuestamente defendiendo los intereses de los trabajadores. Falso. (Léa este informe) Las grandes empresas que ellos monitorean necesitan siempre de mano de obra barata, bajos salarios y ausencia de prestaciones y beneficios laborales que un trabajador legal tiene derecho por ley. 

Alrededor de este factor hay varios negocios colaterales que ganan comisiones por subcontratar ilegales con seguros sociales falsos o reales de personas fallecidas, además de crear un red de mano de obra flotante que están siempre a la espera de cualquier pedido en puestos de trabajo mal remunerados. Estas agencias de contratos a ilegales cobran entre 2 a 4 dólares por cada hora trabajada por el ilegal además de que a final de año reclaman la devolución de impuestos al IRS. Y todo sin sudar la camisa. 

La inmigración ilegal es también el gran negocio de las organizaciones religiosas, sobre todo las regentadas por el Vaticano, que reciben dinero federal y excepción de impuestos federales para ayudar a los inmigrantes ilegales que ingresan masivamente por la frontera. Usualmente estos apoyos financieros no caen en fiscalizaciones federales porque se asume que es ayuda humanitaria. 

No es casual que ante las caravanas de ilegales moviéndose hacia EE.UU y países europeos, las organizaciones religiosas siempre están presentes para apoyo logístico, alimenticio y de salubridad.

Más allá de del negocio y ganancias  colaterales de esas empresas que venden celulares subsidiados, que elaboran las raciones de comida y que transportan a los ilegales dentro de cada país, son las instituciones oficiales las que más se benefician cómo es el caso del Sistema Educativo y de Salud

en Estados Unidos, por ejemplo.

Segun datos de la Oficina del Presupuesto, las escuelas están recibiendo unos 59 mil millones de dólares por concepto de alimentación, pago de salarios a maestros bilingües y asistencia a niños y jóvenes ilegales en edad escolar. 

Del mismo modo los hospitales, mayormente en manos privadas, reciben casi 20 mil millones de dólares para garantizar los partos, cuidado y manejo de inmigrantes ilegales   que acuden al sistema de urgencias. Eso sin contar una buena cantidad de dinero para consejería psicológica de los nuevos inmigrantes. 

Los burócratas y políticos que se encargan de fiscalizar esta infraestructura reciben también jugosos salarios que sencillamente no tendrían si se cerrará la frontera. No es casualidad que actualmente de dediquen 6 millones  de dólares a contratistas de Defensa para que impidan la edificación del muro fronterizo propuesto por Trump.

Si usted suma todos los  gastos involucrados en la inmigración ilegal que se permite, la cifra podría asombrarle, entre 100 mil a 200 mil millones de dólares anuales  que son sufragados por los contribuyentes porque si aún no se ha enterado, el gobierno no genera ganancias sino que las enforza de sus impuestos. Este monto va a parar a las ganancias de personas físicas y jurídicas por concepto de ayuda o servicios prestados. 

EL PODER POLITICO QUE GENERA LA INMIGRACIÓN ILEGAL. 

La época en que la inmigración legal y política era la que garantizaba la permanencia en puestos claves.del gobierno,  hoy es ya cosa del pasado.  Antes, políticos como el Klan Diaz-Balart, Ilena Ross y Bob Menéndez por citar unos pocos, lograban permanecer en cargos del Congreso y el Senado por casi 3 décadas. Hoy la fórmula no funciona. Pero la inmigración ilegal si es una buena opción y es la razón de por qué estos nuevos políticos , sean del partido que sean , la apoyan y estimulan. 

Desde hace 30 años, el gobierno estadounidenses asegura que en el país hay 11 millones de inmigrantes ilegales. Una cifra que se repite administración tras administración como si no se moviera.  Son tres décadas con la misma cifra mientras que, salvó el gobierno de Trump, la frontera está abierta de par en par. 

Si en la década del 90 eran 11 millones, hoy pueden ser 33 millones de ilegales promediando cifras oficiales y extraoficiales cómo las que se han dado por instituciones no partidistas. Y es aquí donde entra en juego la política porque esa población ilegítima ronda hoy el 10 por ciento de la población y es la que finalmente otorga poder político. Me explico.

El número necesario para que un congresista o senador a cualquier nivel  pueda aspirar a representar es 735 mil personas. Según datos del censo, el 14 millones de los inmigrantes no nacionalizados  se asientan en Estados demócratas mientras que otros 9 millones lo hacen en Estados republicanos. Para la representación política, la cifra es general (persona física) y no persona ciudadana legal aunque esta última sea la condición para el voto- aunque ya sabemos que en las últimas elecciones han votado hasta los muertos-. 

Esto es lo que hace y motiva a los políticos a proteger y estimular la inmigración ilegal porque mientras más se asienten en condados y ciudades, mayor posibilidad de representación en número. Para ilustrarlo de alguna manera, mientras más ilegales lleguen a un territorio, mayor cantidad de aspirantes a la política habrá que elegir y mayor cantidad de veces se hará necesario reestructurar los distritos electorales. Luego el Estado profundo se encargará de quién llega o no al poder de acuerdo a los intereses. 

Cuando haces los cálculos, esos tentativos  24 millones de inmigrantes ilegales,  que viven en ciudades cabeceras de unos 15 estados de la Unión,  dan como resultado el aumento de seis escaños en el Congreso para los demócratas. Gracias a estos escaños 4 de las últimas 13 votaciones del Congreso han sido victorias por la mínima , usando un término del béisbol y no precisamente a favor del republicanismo. 

Así que  ver a un político estadounidense reclamar el fin de la inmigración ilegal es tan improbable cómo comprar en Walmart con un dólar de madera. La inmigración ilegal tiene precio y se paga muy bien para permitirla, más allá del discurso bondadoso y humanitario que después nos venden. El costo lo veremos en unos pocos años. La desaparición de Estados Unidos tal y como lo conocimos como tierra de libertad y prosperidad. Para ese entonces nuestros nietos serán los que pagarán el costo. Los nietos de estos políticos y funcionarios públicos e institucionales no correrán la misma suerte porque ya les habrán garantizado su futuro.