Deshonroso exilio kubanoide olvida el 11J para pugilatear pasajes gratis en Cubamax.

Por Carlos Carballido 

La poca dignidad que le  iba quedando al exilio de Miami era verde y se la comió un chivo. 

Ese marasmo de kubanoides (declarados y silenciosos) que hace solo un año se entusiasmaba por el reguetón Patria y Vida y aplaudía, bajo el grito de "Ahora sí, Coño, las muestras de protestas populares en Cuba conocidas como el 11J son,  en su mayoría,  los mismos que desde hace unos días han inundado de carros las cercanías de las oficinas de Cubamax, en la cosmopolita ciudad del cubano.

 ¿Por qué?... Bueno, porque esta agencia al servicio de la Tiranía cubana  (recordemos que públicamente ha patrocinado eventos del régimen como el Festival de San Remo a pesar de se caen de culo diciendo que es falso) ha estado rifando 500 boletos gratis para viajar a la isla. 

Ver a esa masa de cubanos chusmas llorando cuando no sacan un premio y brincando de alegría desmedida cuando resultan ganadores del boleto gratis, es un espectáculo patético y vomitivo,  similar al de la víctima agradeciendo las migajas del verdugo. 

La verticalidad del exilio en Miami ha ido desgastándose a tal punto que los últimos reductos de verticalidad incaudicables  están apagándose por el avance de la biología. Y el relevo es casi nulo a partir que está nueva corriente de cubanos nostálgicos por el látigo del mayoral en esa gran Plantación que es Cuba, ni saben, ni quieren aprender a disfrutar de una libertad que jamás pensaron. Y de la moral y el decoro mejor ni hablemos porque con toda seguridad, esos que se prestaron para esta bajeza responderán que esas dos condiciones martianas ya son cosa del pasado. 

Algunas críticas a esta barbarie de Cubamax han aparecido tenuemente en los medios miameros sobre todo en pequeños grupos de las mismas personas fieles al anticastrismo que sienten y defienden . No los menciono para no ser presa del olvido de alguno de ellos que para suerte mía son amigos mutuos.  Sin embargo, en las redes sociales y medios propagandísticos cómo Cibercuba y demás,  ha explotado el júbilo y la pachanga en una estrategia de mercado casi gratuita. En dos palabras:  Negocio redondo.  

¿Cómo entender este hecho?

Sencillo, había que inventar un show capaz de opacar al máximo lo que simbolizó el 11J para la historia de Cuba. Y parece que lo han conseguido.  Quizás como necesidad de condenar al olvido  el último intento del pueblo cautivo de exigir libertad y de evidenciar que el cansancio y la apatía pueden ser chispas que exploten las protestas masivas . Pero eso quedó atrás. 

Ahora se trata de ir a "pachanguear" a Cuba para además de visitar a la familia, solicitar los servicios de jineteras y pingueros cómo ganancia colateral de estos boletos gratis. Y esta  es la tendencia que colman redes y medios lamezuelas. ¿Y el aniversario del 11J?....bien gracias. 

Padecemos los cubanos de memoria corta y de un oportunismo garrafal en lo mediático. Las protestas del 11 J fueron sofocadas en su momento  y a menos de 48 horas desde que influencers y politiqueros de Miami comenzaron sus diatribas de quinta columna, creando espectativas y falsas promesas, creando desinformación que al final dejó a los cubanos que protestaron a merced de la confusión, de las palizas, detenciones y desapariciones por el brazo armado del títere Díaz Canel. Luego, la validación de gobiernos como el de México al derecho del régimen de La Habana  a defenderse de "actos violentos" puso la tapa al pomo además de lograr que la mayoría de los países minimizara el asunto a la escacez provocada por la Pandemia. 

A un año del hecho, del que todavía están pagando las consecuencias varios jóvenes encarcelados por el simple hecho de salir a la calle a protestar y otros desaparecidos en las mazmorras del G2,  nada mejor encuentra la tiranía para olvidar el levantamiento popular que regalar pasajes gratis para Cuba. Y lo hace porque sabe sobradamente que hay un ejército de miserables dispuestos a prestarse para este truco de poca monta. 

 

Muchos se cuestionan, desde el punto de vista económico, este  regalo de 500 pasajes gratuitos a Cuba. Es simplemente una estrategia castrista de marketing para generar una ganancia  política mucho mayor. 

Para una agencia como Cubamax, cuyas ganancias netas  anuales (puede verlo aquí y aqui)  son de aproximandamente 12 millones de dólares, entre viajes, comisión por entregas de dinero  y envío de paquetería; regalar boletos de avión por valores estimados de 200 mil dólares, son realmente costos insignificantes si al final  las ganancias políticas de la Tiranía pueden ser más cuantificables tal y como ya hemos visto teniendo en cuenta el entusiasmo kubanoide que ha generado. Sabiendo como es el cubano que viaja a la isla, estos pasajes gratis se compensarán con aumentos de precios del sobrepeso porque con toda seguridad, los afortunados si pensaron llevar un gusano ahora seguramente lleven 3 de más si, total, el pasaje se lo regalaron. Igual los precios de aduana serán modificados para cubrir y compensar los gastos. Al final saben que esos cubanos que viajan por Miami son capaces de provocar un caos en su aeropuerto pero al llegar a La Habana aceptan, dóciles y sonrientes, a  ponerse hasta un enema si así lo pide la Aduana de la República.

El mensaje de la Tiranía  es claro: A un año de las revueltas, vengan a Cuba que todo está tranquilo y lo que importa es la familia. Una falsa sensación de prosperidad del régimen y de un clima pacífico en lo político, si total la oposición es controlada allá adentro y solo se manifiesta cuando el régimen así lo determina. 

Recordemos que estás agencias de viaje y envíos a Cuba, de llamadas telefónicas y de control de servicios aeroportuarios están diseñadas y controladas por el Grupo Gaesa que en la línea de mando directa responden a Raúl Castro y su clan familiar.

Nada que tenga que ver con economía se mueve libremente en Cuba sin conocimiento y permisos del estado. Nada. 

La Habana no permitiría una avalancha NO controlada de pasajeros que NO hayan pasado por el filtro sencillamente por ganar una rifa en Miami. 

Cubamax sabe lo que hace. Sus directivos -personajes de bajo perfil, asociados con no pocos políticos e instituciones procuba y pro Diálogos- no son tan valientes en programar semejante  show por iniciativa propia. Lo hicieron porque La Habana así lo quiso. 

Nuestro Reinaldo Arenas ya lo había dicho. Pero nadie como un amigo balsero de ese propio Miami para describir a Cuba como una fábrica de parir exiliados miserables.