¿PUEDE OBAMA SER ENJUICIADO EN ESTE NUEVO ESCENARIO? LA RESPUESTA ES SÍ , PERO CON MATICES.
Por Carlos Carballido Más allá de si existe voluntad política para llevar al expresidente Barack Obama a un juicio, la realidad es una: de...
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Por Carlos Carballido
Más allá de si existe voluntad política para llevar al expresidente Barack Obama a un juicio, la realidad es una: demasiados hechos comprobables para hacerlo.
Los documentos desclasificados por Tulsi Gabbard, directora Nacional de Inteligencia, demuestran que Barack Obama fue informado en 2016 de que la supuesta interferencia rusa en las elecciones no había alterado el resultado, y sin embargo permitió que una narrativa de colusión fabricada se convirtiera en una guerra política sostenida contra Donald Trump. La pregunta ya no es política, sino jurídica: ¿puede ser enjuiciado legalmente el expresidente?
Desde el punto de vista técnico y jurídico, la respuesta es SÍ.
Obama puede ser investigado y procesado, aunque … OJO.. no por “traición” en el sentido estricto de la Constitución. Esa figura legal exige colaboración con un enemigo en guerra, y Rusia no lo es. Tampoco Obama le dio “ consuelo” a Moscú para acabar con Trump.
Sin embargo, existen otros delitos federales más aplicables: conspiración para defraudar al gobierno, abuso de poder, obstrucción de la justicia o incluso conspiración contra los derechos civiles si se comprueba que se atentó desde el Estado contra el derecho de los ciudadanos a una elección limpia y sin manipulación interna.
Los documentos en cuestión ya fueron entregados a la Fiscal General Pam Bondi y revelan que funcionarios como Brennan, Clapper y Rice informaron a Obama de la estrategia de la campaña de Hillary Clinton para vincular a Trump con Rusia.
Si se demuestra que Obama conocía la falsedad de esa narrativa y permitió, encubrió o facilitó su implementación desde las agencias federales, entonces hay base jurídica real para imputarlo.
El Departamento de Justicia ya creó una “strike force” para investigar preliminarmente los hechos, pero aún no ha designado un fiscal especial, paso necesario para avanzar hacia un gran jurado federal.
Ese fiscal especial, si es nombrado, tendría la autoridad para convocar a testigos bajo juramento y llevar evidencia ante un gran jurado.
Si al menos 12 de los ciudadanos convocados consideran que hay causa probable, se podría emitir una imputación formal. No sería un juicio político, sino penal. Sería la primera vez en la historia que un expresidente enfrenta consecuencias legales por actos cometidos dentro del aparato del Estado con fines partidistas. Y aunque el precedente es institucionalmente explosivo, el marco legal lo permite.
Naturalmente, no todos están dispuestos a permitir que esta puerta se abra.
La prensa hegemónica, el establishment demócrata y buena parte del sector legal progresista ya califican este proceso como “venganza política”. Incluso figuras republicanas moderadas se muestran reticentes. Pero la base conservadora, Trump, Gabbard y sectores emergentes del Congreso insisten: si hay pruebas, debe haber consecuencias. No por revancha, sino porque sin justicia, el sistema seguirá siendo rehén del poder impune.
Obama no ha sido imputado, ni lo será de inmediato. Pero el tablero ha cambiado.
Por primera vez, existe estructura institucional, voluntad política parcial, y un cuerpo documental serio que pone bajo escrutinio su papel en la mayor manipulación política de inteligencia en décadas.
Si la verdad se impone sobre el miedo, el expresidente no quedará impune. Y eso sería justicia, no historia. Solo falta ver si realmente esto llegará a alguna parte porque se necesita la misma virulencia en los políticos que llevaron al presidente Trump al banquillo de los acusados.
Como con los archivos Epstein, este tema es reclamo de la Base Maga de Trump. Así que es mejor que se cumpla el respeto a la Ley y el Orden o sencillamente todo se irá por la borda