Preocupante aumento de tendencias gay y transgénero de niños estadounidenses y su relación con el llamado Big Tech. Una alerta a los padres.
Por Carlos Carballido Si usted se atreve a afirmar que las plataformas de gigantes tecnológicos conocidos como Big Tech, tienen...
Por Carlos Carballido
Pero la realidad está ahí afuera y con datos irrefutables que estos policías de la verdad se empeñan en etiquetar como información falsa. Las grandes tecnológicas están libres de censura, libres de control parental y prácticamente basan su poderío en el poder de influencias en las nuevas generaciones
Una de las luchas del expresidente Donald Trump fue que estas Big Tech se supeditaran a la controversial sección 230 en cuya sección D se exige a los sitios web de permitir la aplicación de servicios de control parental y su correspondiente notificación al usuario. De este modo un padre que desee limitar los contenidos online para su hijo tendría el derecho y la manera de hacerlo buscando software de “ terceros” .
Sin embargo las grandes plataformas de redes sociales eligieron incumplir con este requisito. Peor aún, han interferido con la capacidad de terceros para comercializar controles parentales hasta el punto que es casi imposible poder hacerlo. Dado que el uso de las redes sociales es prácticamente inevitable en este mundo actual, los padres no pueden supervisar las actividades de sus hijos en línea y es porque esas llamadas “ redes sociales” así lo quieren.
Las plataformas de redes sociales más utilizadas por los niños son Google, YouTube, TikTok (con domicilio en China), Facebook/Instagram (Facebook posee Instagram) y Snapchat. Todas ellas tienen vía libre para mover los contenidos a su antojo sin que tengan que rendir cuenta a la FCC por ejemplo. Y el mayor interés parece estar dirigido a las jóvenes generaciones porque son las que mayor tiempo pasan en esas plataformas.
Los adolescentes de entre 13 a 18 años pasan más de seis horas diarias en las redes sociales en promedio según un estudio que puede ver aqui Este número está justo por debajo de las cuatro horas para los niños de entre 8 a 12 años pero en este grupo de edades el 85 % ochenta y cinco por ciento miran YouTube que es la más popular seguida por TikTok.
La agencia inglesa PreciseTV es una de las que trabaja junto al Big Tech para mover contenido hacia los niños y un informe detallado relata la cantidad de horas que los niños gastan detrás de una pantalla en EE UU. desconectándose del mundo real (vea gráfico aquí). Esa tendencia está generando en las nuevas generaciones problemas de personalidad, aislamiento social y obesidad asociada a otros padecimientos.
Tanto YouTube como TikTok tienen un sistema de algoritmos que invisivilizan contenidos patrióticos, de fe o conservadores e históricos pero potencian a más no poder contenido hipersexualizado y la agenda trans o LGBT como ya expusimos en un artículo anterior.
El incumplimiento de Big Tech con la subsección 230 (d) es intencional. Google y Facebook quieren que sus consumidores tengan un control mínimo sobre el contenido que ven ellos y sus hijos. La Big Tech quiere comercializar sus servicios para niños mostrando contenido que los padres podrían desaprobar si tuvieran acceso libre o la posibilidad de aplicar controles parentales a estás aplicaciones en los dispositivos de sus hijos.
El Big Tech también quiere justificar su censura de contenido político, médico y científico al autotitularse cómo dueños de la verdad sobre cuáles contenido deben ver nuestros hijos, porque si los padres intervienen se violan entonces los derechos de los niños, a los cuales se les están manipulando como peones.
Se ha demostrado que el uso intensivo de las redes sociales causan enfermedades mentales "habituales" en niños y adolescentes , como depresión y ansiedad. ( Léalo aquí). Estos padecimientos se han agudizado en la última década debido a que cada vez más niños tienen este libre acceso a las redes.
El otro gran tema es que los algoritmos están favoreciendo aquellos contenidos ideológicos como agendas gay, trans y el woke, como materiales recomendados en niños y adolescentes. Al abrir cualquier plataforma estos contenidos estarán disponibles solo con un golpe de vista de menos de un segundo lo cual tiene un impacto muy fuerte en áreas del cerebro alejadas del pensamiento crítico y racional.
Para ejemplificarlo pongo un solo ejemplo y es la Agenda Transgénero.
Hoy, las grandes empresas tecnológicas popularizan la agenda trans intencionalmente. Sin embargo censuran cualquier intento de llamarlo por lo que es : disforia de género, que es un trastorno mental (código 302.85 en DSM-5; anteriormente conocido como trastorno de identidad de género). Usted puede consultarlo aquí en un documento oficial del gobierno estadounidense. La frecuencia de este diagnóstico ha aumentado casi tres veces desde 2017 hasta 2021 como ya hemos advertido.
Las grandes tecnológicas están modificando la tendencia natural del desarrollo psicológico y social de las nuevas generaciones y una manera de hacerlo es precisamente impidiendo que los padres tomen el control. Y lo hacen de manera abierta y con el apoyo de políticos y cabilderos que reciben increíbles apoyos financieros y espacio en los medios de comunicación. Sus redes jamás son censuradas como si lo serían las de aquellos que se atrevan a criticarlo, o sencillamente transmitir mensajes de valores humanos, patrióticos o históricos. Abiertamente violan disposiciones medio ambiguas de la Ley 230 de Internet pero que dejan claro los padres tenemos derecho a los controles parentales que la Big Tech nos niega ( este artículo explica por qué está ley es engañosa)
Si ellos son culpables, nosotros como padres también. Porque basado en la mentira de que violamos los derechos de los niños no actuamos de manera enfática sino que permitimos que nuestros hijos naveguen cada vez más horas por esas plataformas que nada bueno están haciendo. Que están influyendo en jóvenes que cada vez se alejan más del mundo real donde para triunfar se necesitan, valores, habilidades físicas y mentales y sobre todo capacidad crítica de análisis real.
