UN DESASTRE ANUNCIADO: EL COMISIONADO "DEPENDIENTE"

Por Andrés Pascual

 ¿Qué efectividad hubiera tenido el mensaje de la buena intención con respecto a recuperar la credibilidad y la confianza en el beisbol, de haberse nombrado un comisionado “dependendiente” en 1920? ¿Se habría rescatado al pasatiempo de la encrucijada en que lo metieron 8 peloteros que arreglaron en 1919 contra el Chicago americano, con culpabilidad evidente de algunos propietarios, por no decir todos, especialmente Charles Comiskey, que conoció del arreglo previamente y lo dejó rodar para “tomar medidas ejemplarizantes”, que malpagaban a extremos ridículos a quienes llenaban las gradas de sus estadios? En la foto El Juez Landis y Joe DiMaggio.

 Lo curioso es que a partir del comienzo de los enormes salarios por la anuencia de un “mandamás” procedente del extraño “farm system” que es el grupo de magnates del Beisbol Organizado, capítulo MLB, bajo presión de medio mundo constituido por el Sindicato y el grupo de Agentes de Jugadores, se inició la verdadera tragedia de este deporte, que lo ha situado en condición mucho más que deplorable moralmente, quienes, para lograr ganancias fabulosas, han hecho todo cuanto han tenido al alcance de sus  manos.

 

 El caso Alex Rodríguez es un bochorno, porque, aunque el neoyorquino está comprobado como usuario casi adicto de las sustancias prohibidas, la impresión que tiene casi todo el mundo es que se está utilizando como chivo expiatorio de culpas que están en las Oficinas, además, lo de ejemplarizar con el antesalista de los Yankees no tiene nada que ver con lo moral, que eso ni a Selig ni a nadie de la ganga le importa, sino con lo que pudieran engullirse del dinero que le falta por cobrar y que es del interés de todos.

 

 Ahora entró “el bling” al terreno, debutó por medio de Jay-Z con la pretensión de retar el andamiaje de la agencia libre, para lo que se prestó el Seattle, que le dieron a Canó una barbaridad inmerecida, porque como pelotero no lo vale.

 

 Para aliviar el fracaso que tuvo al abandonarlo el dominicano, Scott Boras dijo que “el dinero lo había logrado el jugador por sus condiciones sin nada que ver la actuación del agente…” Boras continua insinuando que habla para niños o para tontos; por favor Scott, los peores errores no son de mecánica profesional para casos así, sino “el papelazo” que significa perder a un jugador con el supuesto nivel que has alcanzado, justificar el robo provocado demeritando el nombre del contrario en la faena y ni darse cuenta de lo que, posiblemente, haya detrás escondido, verdadero reto, en poco tiempo, para ustedes y para el beisbol.

 

 En otra dirección dijo algo real: al cubano Abreu le dieron los Cubs 68 millones, a un tipo que, según “el Superagente”, solo puede batear y sin probarse en Grandes Ligas, en detrimento de un novato americano de cinco herramientas; a no dudarlo, esta vez Boras no se equivocó, pero los tiempos son así.

 

 Ahora se habla de Mike Trout y los 400 millones en tiempo futuro “corto”; alguien de quien falta poco para que digan que es la combinación de Mays, Dimaggio y Mantle, pero que tiene un problemita para compararse por separado con cualquiera de estos y con muchos otros:  su brazo es poco menos que promedio, no obstante se los darán, nadie debe dudarlo nadie…

 

 Al “Puyo” se le acabó la gasolina con el racionamiento obligado de las sustancias, a este individuo y a varios más… por lo que puede decirse y Art Moreno debe saberlo, que la barbaridad que pagó por el dominicano “se la robaron”, especie de contrato a Bob Meusel a precio de Babe Ruth.

 Todo el relajo de las Grandes Ligas está ajustado a la corrupción moral de los dueños, cuya cara visible es Selig, indudablemente lo peor del grupo.

 

 Otra barbaridad del “concesinario de Milwakee” fue gestionar, para otros que bien bailan por la región, que la tiranía castrista pueda violar el embargo por su entrada oficial a la Confederación, incluido el debut como “invitada” a la próxima Serie del Caribe.

 

 ¿De quién es la culpa de lo anterior y mucho más sino del pisoteo de la moral del juego desde que eligieron a un pillo como figura máxima del pasatiempo? ¿Señales de los tiempos? Señor, no lo dude, tampoco que falta lo peor…