EL PAPELAZO DEL CASTROCOMUNISMO EN LA SERIE DEL CARIBE
Por Andrés Pascual Lo mismo AP desde su corresponsalía ¿cegata? en La Habana por lo que se sabe, que el Nuevo Herald en Miami, incluyo...
http://www.disidentedigital.com/2014/02/el-papelazo-del-castrocomunismo-en-la.html
Por Andrés Pascual
Lo
mismo AP desde su corresponsalía ¿cegata? en La Habana por lo que
se sabe, que el Nuevo Herald en Miami, incluyo al Diario las
Américas por lo mismo, que cualquier periódico o revista on line o
impresa calcularon mal:
En
su mayúsculo papelazo por la eliminación del Villa Clara, lo que
pronosticó y aún dice Ozzie Guillén no tuvo nombre y lo pudieron
leer como primer link.
Lo del DUKE, quizás porque quiere ir a Cuba... el caso fue que no supo, no pudo o no quiso poner la razón en lugar del corazón:
Un
gran simpatizante encubierto del castrismo, el mexicano Jesús Rubio,
con la justificación de “no política”, no solo metió la pata,
sino que apostó contra el profesionalismo; es decir, a favor de lo
que ha utilizado desde hace más de medio siglo la tiranía para
destruir “la niña de los ojos del deporte nacional cubano”, hoy
recuerdos y memorias de un pasado grandioso e influyente:
¿Quiere
saber por qué todo lo relacionado con la mal vendida clase
profesional gratuita de la medicina y la educación castrista es
mentira? Debajo puse un link del libelo Trabajadores, uno de 3 de
reducida tirada y alcance más o menos nacional, en que un plumífero,
sin pena, sin conocimiento y con “el mismo entusiasmo del primer
día”, enumera a los mejores receptores de la historia del beisbol
cubano, todos de la pésima caricatura llamada Series Nacionales:
Han
sido peloteros que, como los boxeadores, corredores, volibolistas...
“no han abandonado a su pueblo ni a Fidel por todo el oro del
mundo”, pero nadie sabe cuántos han sido sorprendidos robando en
tiendas cada vez que los han enviado al exterior; menos aún los que
robaron y no los sorprendieron; peor, en el caso de los beisbolistas,
han tratado de sustituir durante 50 años el salario profesional con
“el interés fijo” que les paga el apostador por el arreglo; lo
anterior, todo, demoledora ratificación del verdadero resultado del
“triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava”; etiqueta
para un pueblo sin raíces históricas que, durante más de 40 años,
creyó que “su beisbol era el mejor del mundo”, por supuesto,
propaganda nacida en el discurso de Castro en 1961, cuando decretó
contra la pelota profesional en la Ciudad Deportiva habanera, por la creación de los CVD o Consejos Voluntarios Deportivos:
Lo
realista, lo justo en estos tiempos de reformas raulistas (que solo
“ven los ciegos” o los oportunistas) sería, como parte del
espacio que dicen le abrieron a la libertad de expresión en el
Granma, que algún cronista “hombre nuevo” fuera a la letrina
donde vive y entreviste al sátrapa por todo lo relacionado con el
beisbol, por lo que dijo y por lo que decretó contra el pasatiempo y
con resultados a mano, incluso sobre su recomedación de que “había
que jugar como los japoneses”.
Tírele
un vistazo a esto de un “corazón partío” que escribe en el
Nuevo Herald, como siempre, descargando su frustración a través de
otros:
En
1969 se aceleró el pisoteo de la leyenda en el aeropuerto Rancho Boyeros. Durante
el discurso-recibimiento a los “héroes de la Serie Mundial en
Dominicana”, el tirano declaró: “tenemos que hacer una
revolución en el beisbol...” y se hizo, estilo castrocomunista y
el juego es un reflejo del estado del país asolado por la horda,
porque producía ganancias como notable fuente de trabajo; a fin de
cuentas, otro sector de la economía destruido y miserable.
Y
aparecieron los técnicos, managers, comisionados... que nunca habían
jugado y se apropiaron por decreto castrista de la dirección del
deporte nacional y el propio dictador creó un puesto especial para Serbio Borges,
cabeza hueca política del grupo que puso al frente de la guillotina:
Comisionado de Deportes con Pelota; entonces esta sabandija colocó a sus
iguales, con la anuencia del tirano y por su encomienda y a
acabar, a desbaratar el deporte que mentalidades trabajadoras,
emprendedoras e inteligentes hicieron inigualable en la región;
pero, en igual medida, a gozar las prebendas y privilegios que les
ofrecía la profanación. Fue uno de estos mequetrefes quien dijo que "un pitcher no necesitaba el cambio de velocidad", por lo que el Duke Hernández lo aprendió en el bullpen de los Yankees.
Si
alguien debe estar contento por la eliminación del Villa Clara en
Venezuela es el pitcher Viciohendry Odelín, de lo contrario, hubiera
tenido que lanzar todos los juegos que restaban indiscriminadamente y
sin posibilidades de reclamo por la salud de su brazo, política
ejecutada desde que el tirano le regaló el beisbol a las pandilla de
Borges, cuyo objetivo era ganar en torneos sin oposición que, no por
ese motivo dejaron de ser pírricas muchas de sus victorias.
Los
dos primeros casos sonados de pitchers prospectos importantes a los
que les arrancaron el brazo fueron José A. Huelga (foto) por el propio
Borges y Navajas González por Pedro Chávez, que lo hizo lanzar
diariamente para el Constructores durante todo 1973.
El
último fue el supersónico Maels Rodríguez, que llegó a Miami con
el brazo “por el suelo” de tanto lanzar hasta para visitantes
como Carter o Chávez, ordenado por el propio dictador.
¿Por
qué Villa Clara perdió en Venezuela de forma tan bochornosa como
campeón del único torneo, de la única clasificación que se juega
en lo que una vez fue la potencia regional del pasatiempo?
Hay
varias respuestas y todas políticas: porque el castrocomunismo
liquidó la clase ética y profesional en Cuba; porque no hay pan ni
es bueno el poco que dan regulado; porque no hay “peters” de
chocolate; porque no hay ajuares para novias; porque no hay fogones
de balón y se cocina con carbón; porque ninguna carretera sirve;
porque todo se le entregó a la jauría, incluyendo el alma nacional;
porque, si no hay algo que sirva ¿Cómo iba a ser diferente un
deporte que, por razones fáciles de entender, poco a poco lo han ido
desapareciendo como cantera y como interés fanático
intencionalmente?
Ante
una pelota que desde hace 8 años no gana ningún evento ni por
edades ni por categoría o nivel ¿Cómo pudo pensar alguien que
hubiera sido diferente la realidad sobre el terreno en Venezuela? Sin embargo, muchos “pensaron”, si se le puede llamar así a la militancia,
a la simpatía política o a la falta de tino ante el análisis...
La
segunda confusión, mejor pobre juicio y hasta desconocimiento del
beisbol profesional, fue no atender a detalles como que el evento
regional sería la más fuerte competencia en que participaría el
castrismo en toda su historia de abusos deportivos.
Muy
pocos cronistas (solo reconozco a Juan Vené como iluminado ante el
hecho: “tienen que ganar, si no lo hacen no hay excusas como que el
beisbol es así y ese tipo de justificaciones que sobrarían...”)
fueron capaces de entender que esos jugadores no estarían en
calendario del mal llamado Clásico Mundial, al que los estrellas de
las Mayores llegan después de 6 meses de ocio y asueto en resorts
europeos, acordes con sus vidas y estados de millonarios, sin fase de
juego, sin preparación y atentos al cuidado de sus físicos para no
perder sus fastuosas existencias por una lesión.
A
la Serie del Caribe asiste el campeón de su liga invernal con
peloteros en fase de competencia, preparados para ganar y lucir bien,
que no solo buscan el dinero extra del premio, sino que intentarán convencer al scout de que todavía les queda como
para una invitación al trainning de un club de Grandes Ligas; o por
la recomendación o el ascenso a la clasificación que los acerque a
su objetivo. Por lo tanto, esa competencia SÍ es la pelota de los
que participan; además, pagados por el esfuerzo.
El
que no tuvo estos detalles en cuenta y se recostó a “los cinco
títulos del champion cubano durante la primera etapa”, bueno como
memorabilia de lo que una vez fueron Cuba, su beisbol y su gente;
perdón, hizo un papelazo superior al de los peloteros del Villa
Clara.
Lo
peor no ha sido esta derrota, sino que, durante uno de sus discursos
referentes al “reformismo”, Raúl Castro dejó claro lo que le
espera al beisbol y a cuanto deporte “haya llenado de orgullo al
hombre nuevo”: “TENEMOS QUE BRINDARLE MÁS APOYO AL DEPORTE
SOCIAL QUE AL DE ALTO RENDIMIENTO”, búsquen esa cita y piensen en
lo que le espera al juego de pelota. El fracaso en Isla Margarita es
poco contra lo que “viene llegando”.