NACEN PARA SUICIDARSE: LA GENERACIÓN QUE SE QUIERE MORIR
Por Andrés Pascual Durante mi infancia, por televisión, en muñequitos...el único accidente que conocí por influencia perniciosa de ...
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Por Andrés Pascual
Durante mi infancia, por
televisión, en muñequitos...el único accidente que conocí por
influencia perniciosa de un “héroe de comics” fue el de Tonín,
hijo de Radamés y de Eva la peluquera, que le compraron un traje de
Supermán y se lanzó a la acera desde el segundo piso en que vivían
con el resultado de un pie fracturado.
Nadie debe culpar al
Hombre de Acero por la creación de malos instintos, porque Enrique
“Kike” González, mi amigo y mejor persona, hijo de Tina y del
Gallego, también tenía un traje y, aunque vivían en una casa de
una planta, ni fue a subirse a la torre del cuartel ni a la guásima
del patio de Joseíto, el padre de la Diabla el boxeador, a emular
las hazañas aéreas del periodista del Planetario.
El juego a indios y
cowboys era el enfrentamiento natural de la infancia cubana de mi
época, un grupo quería “exterminar” al otro, si te agarraba un
indio perdías la cabellera, la novia, el caballo y la finca, que la
reducían a cenizas...si un cowboy perdías los sesos de un balazo;
si no morías, la horca en la primera ceiba que apareciera no te la
quitaba de arriba nadie...
Pero nunca existió un
teatro de juegos infantiles ni juveniles en que se suicidara todo el
grupo, en que todos quisieran morirse de verdad por cuenta propia, lo
mismo del Oeste que en Metrópolis, ningún juguete estimulaba el
suicidio personal o colectivo, porque fueron tiempos en la que la
sanidad mental era evidente y los modales aprendidos e impuestos
desde la casa a la escuela influían (mejor decidían), la creación
de hombres y mujeres, no de monstruos, que es en lo que han
convertido a nuestra niñez y a nuestra juventud los macabros
intereses políticos que necesitan manejar el cerebro de estos para
lo peor y lo están logrando.
Cosas que, como notas al
margen, se agudizan por el alejamiento de Dios, obligado para abrirle
espacios a cultos satánicos disfrazados de buenos fieles creyentes,
por quienes saben mejor que nadie lo negativo del experimento desde
el pre-escolar a la Universidad.
El último grito en la
expresión alucinante de la juventud es “el juego” de internet La
Ballena Azul, que propone el suicidio ¿Señor, cómo es posible?
¿Como han llegado hasta ahí? La respuesta búsquela en el
fortalecimiento mundial del comunismo, en las legiones de grupos
exigentes de espacios propios, en la codicia minoritaria, en el
desenfreno, en la coalición destructora entre negros y otras
minorías de interés muy peligrosas, en el cine, la televisión, en
fin, en la tecnología diseñada al efecto “para ganar”.
Los creadores de los
juegos macabros no son hombres normales, como los que conocimos tras
un cartón de Disney o un muñequito de Durango Kid, no, porque las
compañías que venden el esclavismo y la muerte con fachada de
diversión, son las mismas que diseñan un grupo activo y criminal
como BLM, u otro no menos peligroso como la Liga de Gays y Lesbianas.
El grupo Nuevo Orden
Mundial incluye a todos los billonarios del mundo que, huella
familiar de 200 años, cree llegada la hora de aplicar las medidas
necesarias para convertir al hombre en cerdo, por lo que desvían a
la infancia y la juventud hacia espacios de absoluto control mental a
través de la internet, uno de sus principales armas para lograrlo.
Busque en
la media comunista (la red es parte de esta media), ¿En qué lugar
controlado por hombres como Soros, dirigido a la juventud, se alude
al peligro rampante en que se encuentra el mundo por las pruebas de
Corea del Norte de un misil intercontinental? ¿Qué joven de 18 años
tiene temor o preocupación por una situación que nadie sabe cómo
va a terminar ni si será con todo lo que respira en la Tierra?
Esta peligrosa situación
en la península coreana, capaz de desenbocar en una guerra nuclear,
la crearon y la sostienen los mismos que pagan porque se inventen
juegos donde su hijo es convencido para que se suicide, que incitan
al asesinato del Presidente de Estados Unidos y que se organizan en
grupos de ataque personal callejero para iniciar la guerra desde
cualquier lugar de Illinois, California o Nueva York...
Abra los ojos a ver si no
lo sorprende el humo de la sombra de lo que fue su mascota preferida,
o la terrible visión de abrir un cuarto de su casa para encontrar el
cadáver de su hijo y a la Ballena Azul declarando: ¡TOMA TU VIDA!