Big Tech, manipulación y fraude electoral a la vista y siempre a favor de los demócratas.

Por Carlos Carballido 

Una cosa es que los demócratas repitan que las pasadas elecciones fueran limpias  y transparentes avaladas por una prensa totalmente parcializada y otra son los hechos que saltan a la vista de que en el 2020,  Estados Unidos evidenció uno de los procesos electorales más turbios y dictatoriales de su historia. 

El gran problema de las venideras contiendas es que esos hechos fácticos persisten mientras salen a la luz otras irregularidades que, al parecer, los Republicanos o se sienten bien con ellas o sencillamente no tienen las agallas suficientes para denunciarlas y exigir una investigación que pueda restaurar la confianza del electorado promedio en su sistema de votaciones.  

Ahora, al problema del universal diluvio de boletas por correo siempre a favor de candidatos demócratas, la falta de transparencia a la hora de inspeccionar el sufragio y a la casi enfermiza tendencia de contar la hemorragia de votos hasta una semana después del día fijado para ir a las urnas,  sale a la luz una investigación que demuestra que el Big Tech está aplicando un sesgo en las búsquedas por internet que ubican en los motores de búsqueda información y mensajes a favor del partido Demócrata en un porcentaje casi mayoritario en detrimento de los Republicanos. 

Una investigación del psicólogo Dr. Robert Epstein, un demócrata californiano con un doctorado en Harvard, ( usted puede leerla aquí) apunta a que no solo son las redes sociales las que se encargan de censurar mensajes conservadores y de cuestionamiento hacia la trasparencia electoral. El mayor peligro que advierte Epstein en una investigación de casi una década, es que el principal motor de Búsqueda, Google ha estado manipulando las fuentes de noticias, los resultados de búsqueda y las sugerencias de videos de YouTube para invisibilizar todo contenido conservador y antiglobalista. 

En las elecciones del 2020, se calcula que unos 6 millones de votos fueron a favor de Biden debido mayormente a los algorítmos que ubicaron en mayor visibilidad información privilegiada a favor del actual presidente y en detrimento de Donald Trump.

 

 El bombardeo de mensajes de desaliento, invisibilidad de publicidad pagada por Republicanos y la campaña de Trump, así como también visibilidad de noticias y artículos anti Trump en primer orden aún cuando los criterios de búsqueda fueran en favor del expresidente 45  colmaron a Google de manera permanente. Semejante tendencia,  se especula, favoreció recientemente a desinflar la famosa ola roja que se esperaba durante las elecciones de medio término. 

Ese es el impacto electoral que Epstein, de 69 años, afirma que Google tuvo en secreto en 2020, utilizando algoritmos sesgados que manipularon indirectamente los resultados de búsqueda hacia enlaces positivos para Biden y enlaces negativos para Trump, así como mensajes Get Out The Vote en la página de inicio de Google dirigidos principalmente a votantes demócratas.  

Los resultados preliminares de un nuevo proyecto de Epstein, que monitorea cómo la operación psicológica masiva de Google se dirige  ahora a los niños a través de YouTube y otros productos. Coincidentemente muestran que el mismo sesgo liberal pero con la diferencia que ahora es aún más generalizado. 

Un corte investigativo reciente del autor observó que por ejemplo, las sugerencias "A continuación" de YouTube para los adultos sobre el próximo video a mirar estaban sesgadas hacia fuentes liberales el 76% de las veces.

Sin embargo para niños y adolescentes el gigante Tecnológico es mucho más agresivo porque los datos iniciales de los últimos tres meses muestran que el porcentaje de videos sugeridos en YouTube que provienen de fuentes liberales es del 96 %. El mayor potencial son adolescentes cercanos a edad de votación y jovenes en el primer año para hacerlo. 

 

Y esto sucede porque Google registró que en los últimos 5 años solo el 38 por ciento de búsqueda de contenido es de tendencia liberal e izquierdista mientras que un 62 por ciento corresponde a información de tipo centrista o de corte conservador y antiglobalista.

 

El gigante tecnológico y otras redes sociales sabe que dejando las cosas sin intervención directa, los demócratas jamás tendrían suficiente trending como para ganar una elección aunque sea de medio término .

Este problema ha sido discutido en el congreso y el senado varias veces. Trump mismo trató de modificar la famosa ley 230 que amparada en la primera Enmienda protege a las grandes Tecnológicas de sanciones federales aunque siguen ejerciendo control editorial de lo que quieren que se diga y lo que no pero  siempre a favor de demócratas y liberales. 

El problema para la persona promedio que trata de protegerse contra la manipulación es que no puede atrapar a Google en el acto porque sus resultados de búsqueda o sugerencias de YouTube son "efímeros", lo que significa que desaparecen una vez que hace clic en uno de los enlaces provistos, y nunca se puede recuperar. De esta manera burlan la vigilancia de algunos centros de investigaciones sobre la comunicación online ademas que pueden salir ilesos de demandas judiciales. En una palabra, por mas que insistamos siempre Google y la big tech podrán cometer el crimen perfecto sin temor al peso de la ley. 

La Big Tech odia a los Republicanos y está arreciando su manipulación para la venidera contienda del 2024. Ese partido sigue sin tomar medidas. Están enfocados en ciertos temas como la guerra de Ucrania, China y la emigración ilegal que si bien son importantes nada podrán lograr si los demócratas siguen en el poder de la Casa Blanca y el Senado. 

Las irregularidades electorales antes mencionadas no se han resuelto y la Big Tech está actuando decididamente para volver a manipular los resultados. La solución parece no estar a la mano. Y con ese panorama el 2024 será un deja vu de la amargura que vivimos hace 4 años. Y todo porque los líderes Republicanos no toman acciones ni parecen interesados en hacerlo. Cuando se pierda la república, entonces ya será demasiado tarde.