Absolución de Mayorka al juicio político demuestra que Estados Unidos es dirigido a dedo por los demócratas.

 Por Carlos Carballido 

En una intervención de este servidor en la radio La Poderosa de Miami, vaticiné junto con el periodista Jorge Diaz, que el juicio político ( Impeachment) al Secretario de Seguridad Interna, Alejando Mayorkas, moriría en el Senado tal y como sucedió con el Expresidente Bill Clinton hace ya algunos años. 

Lamentablemente así ocurrió gracias al líder senador demócrata Chuck Schumer pero realmente gracias a todos los demócratas en el Senado con el apoyo de algún que otro republicano. 

 El Partido Demócrata ha dejado claro quién tiene el control de los Estados Unidos sin que veamos contraparte alguna sino complicidad y aceptación del lado conservador. 

 El show del impeachment a Mayorkas ha dejado claro que ninguna tradición, ningún respeto constitucional y ninguna empatía existe en el Capitolio. Ni la más mínima . El pueblo estadounidense está secuestrado por una pléyade de  políticos corruptos con demasiado poder en sus manos y debilitando a más no poder a los americanos. 

Todos estos senadores conocen bien el problema crítico en el que nos encontramos con la frontera abierta de Biden, y hoy, no solo nos hacen saber que no les importa, sino que nos lo restriegan en la nariz, sin siquiera permitir que nuestros miedos y nuestra desesperación sean su orden del día como servidores públicos. 

Los republicanos quedaron superados y avergonzados por la más cínica “cuestión de orden” del líder de la mayoría Schumer desde su púlpito de intimidación. (El senador John Kennedy calificó la cuestión de orden de Schumer como “engañosa”, y tenía razón.) Schumer declaró unilateralmente que el primer artículo de acusación del secretario Mayorkas, presentado al Senado desde la Cámara, era “inconstitucional” porque no delineaba las cuestiones impugnables. ofensas. Una tontería total. El artículo 2 pasó por alto a continuación y de manera similar. 

Todos los demócratas en el Senado apoyaron la cuestión de orden de Schumer con sus votos, a pesar de los repetidos intentos de los republicanos en mociones para redirigir o posponer el cataclismo. No habría discusión, ni evidencia, ni precedente, ni aplazamiento, ni juicio: sólo vergüenza.

Al menos cuando impeachment a Clinton se siguió el protocolo y se permitieron debates cómo corresponde a un Juicio Político. Con el caso Trump las cosas fueron mucho mas allá. Pero  con lo sucedido con Mayorkas, vimos no solo prepotencia sino apañamiento y una lección clara del secuestro demócrata de la política norteamericana. 

Si el enjuiciado hubiera sido un republicano cuyos actos se hubiesen calificado de inconstitucionales como calificaron a Mayorkas, el show sería de alquilar palco con salida del Capitolio esposado y en camino a la cárcel. 

Estados Unidos ya dejó de ser un país de Leyes.  El fallido impeachment acaba de comprobar que estamos bajo un estado fallido y de facto sin el más mínima respeto a las libertades que teníamos. Y lo peor es que aun los conservadores creen que esta pocilga pueda salvarse con pacifismo político y confianza en elecciones justas.